TOKIO.- El Producto Interior Bruto
(PIB) de Japón experimentó en el segundo trimestre del año (abril-junio) una
contracción anualizada del 1,6% como consecuencia de la caída de las
exportaciones y el consumo privado, después de registrar un crecimiento
anual del 4,5% en los tres primeros meses del año, según informó el
Gobierno, lo que es un mal augurio para la política del primer ministro Shinzo Abe, que busca sacar al país de décadas de deflación..
En términos trimestrales, la economía japonesa registró entre
abril y junio un retroceso del 0,4%, frente a la expansión del 1,1%
observada en el primer trimestre.
La contracción del PIB de Japón refleja el impacto negativo de la
desaceleración de China en el resto de las economías de la región. De
este modo, las exportaciones japonesas bajaron un 16,5% anualizado o un
-4,4% trimestral, tras haber aumentado un 1,6% entre enero y marzo.
Por su parte, las importaciones registraron un descenso anual del
9,8%, mientras que en la comparación trimestral bajaron un 2,6% tras
haber aumentado un 1,8% en el primer trimestre.
A su vez, el consumo privado, que representa alrededor del 60% de
la actividad económica en Japón, registró en el segundo trimestre una
contracción anualizada del 3%. En comparación con los tres primeros
meses del año el consumo bajó un 0,8%.
La contracción se compara con la media de las estimaciones de una caída del 1,9 por ciento en un sondeo entre economistas. El dato siguió a una revisada expansión de un 4,5 por ciento en el primer trimestre, según mostraron el lunes las cifras de la Oficina de Gabinete.
"El consumo privado se redujo mucho, el gasto de capital fue pobre y los inventarios aumentaron. La situación parecía mucho peor de lo que mostraron las cifras", dijo Takeshi Minami, economista jefe del Norinchukin Research Institute.
El consumo privado, que representa casi el 60 por ciento de la actividad económica, retrocedió un 0,8 por ciento en el segundo trimestre frente al período previo, el doble del ritmo esperado por los analistas.
Fue el primer declive desde el trimestre abril-junio de 2014, cuando un incremento en el impuesto sobre las ventas golpeó al consumo, ya que las familias gastaron menos en aire acondicionado, vestimenta y ordenadora personales, dijo un responsable gubernamental a periodistas.
La demanda externa redujo 0,3 puntos porcentuales del crecimiento ya que las exportaciones a Asia y Estados Unidos se hundieron, mostraron los datos.
El ministro de Economía, Akira Amari, culpó de la contracción a factores temporales como el mal clima que mantuvo en casa a los consumidores.
"Las condiciones de ingreso siguen mejorando como tendencias, así que se espera que el consumo privado se recupere gradualmente", aseguró Amari en un comunicado tras divulgarse los datos.
Muchos analistas dijeron que el débil dato de PIB del segundo trimestre no generará un alivio monetario inmediato.
Pero los economistas ya han recortado fuertemente sus proyecciones de crecimiento para el actual año fiscal y espera que el Banco de Japón expanda aún más la política monetaria cuando revise sus proyecciones de largo plazo en octubre.
La economía japonesa sufrió una leve recesión el año pasado después de que el consumo se viera golpeado por el alza de impuesto a las ventas en abril de 2014. El crecimiento repuntó este año, sólo para desacelerarse nuevamente ya que las exportaciones y el consumo se mantuvieron decepcionantemente débiles.
La desaceleración económica de
China y su impacto sobre los socios asiáticos también ha aumentado la
posibilidad de que repunte en el crecimiento en el período
julio-septiembre sea modesto, dijeron analistas.
El débil dato se suma a las señales de que la economía
japonesa se encuentra estancada y podría reavivar las expectativas del
mercado de que el Banco de Japón aumentará el estímulo monetario este
año.La contracción se compara con la media de las estimaciones de una caída del 1,9 por ciento en un sondeo entre economistas. El dato siguió a una revisada expansión de un 4,5 por ciento en el primer trimestre, según mostraron el lunes las cifras de la Oficina de Gabinete.
"El consumo privado se redujo mucho, el gasto de capital fue pobre y los inventarios aumentaron. La situación parecía mucho peor de lo que mostraron las cifras", dijo Takeshi Minami, economista jefe del Norinchukin Research Institute.
El consumo privado, que representa casi el 60 por ciento de la actividad económica, retrocedió un 0,8 por ciento en el segundo trimestre frente al período previo, el doble del ritmo esperado por los analistas.
Fue el primer declive desde el trimestre abril-junio de 2014, cuando un incremento en el impuesto sobre las ventas golpeó al consumo, ya que las familias gastaron menos en aire acondicionado, vestimenta y ordenadora personales, dijo un responsable gubernamental a periodistas.
La demanda externa redujo 0,3 puntos porcentuales del crecimiento ya que las exportaciones a Asia y Estados Unidos se hundieron, mostraron los datos.
El ministro de Economía, Akira Amari, culpó de la contracción a factores temporales como el mal clima que mantuvo en casa a los consumidores.
"Las condiciones de ingreso siguen mejorando como tendencias, así que se espera que el consumo privado se recupere gradualmente", aseguró Amari en un comunicado tras divulgarse los datos.
Muchos analistas dijeron que el débil dato de PIB del segundo trimestre no generará un alivio monetario inmediato.
Pero los economistas ya han recortado fuertemente sus proyecciones de crecimiento para el actual año fiscal y espera que el Banco de Japón expanda aún más la política monetaria cuando revise sus proyecciones de largo plazo en octubre.
La economía japonesa sufrió una leve recesión el año pasado después de que el consumo se viera golpeado por el alza de impuesto a las ventas en abril de 2014. El crecimiento repuntó este año, sólo para desacelerarse nuevamente ya que las exportaciones y el consumo se mantuvieron decepcionantemente débiles.
En abril de 2013 y como complementó a las medidas de estímulo del
Gobierno liderado por Shinzo Abe, el Banco de Japón lanzó un agresivo
plan de alivio cuantitativo y cualitativo con el fin de alcanzar un
objetivo de inflación del 2% y reactivar la economía.
La recaída del PIB japonés añade presión al instituto emisor nipón
de cara a una potencial ampliación del alcance de sus medidas de
estímulo monetario.
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