lunes, 17 de agosto de 2015

Japón sufre una recaída y su PIB baja un 1,6% anual en el segundo trimestre

TOKIO.- El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón experimentó en el segundo trimestre del año (abril-junio) una contracción anualizada del 1,6% como consecuencia de la caída de las exportaciones y el consumo privado, después de registrar un crecimiento anual del 4,5% en los tres primeros meses del año, según informó el Gobierno, lo que es un mal augurio para la política del primer ministro Shinzo Abe, que busca sacar al país de décadas de deflación..

En términos trimestrales, la economía japonesa registró entre abril y junio un retroceso del 0,4%, frente a la expansión del 1,1% observada en el primer trimestre.
La contracción del PIB de Japón refleja el impacto negativo de la desaceleración de China en el resto de las economías de la región. De este modo, las exportaciones japonesas bajaron un 16,5% anualizado o un -4,4% trimestral, tras haber aumentado un 1,6% entre enero y marzo.
Por su parte, las importaciones registraron un descenso anual del 9,8%, mientras que en la comparación trimestral bajaron un 2,6% tras haber aumentado un 1,8% en el primer trimestre.
A su vez, el consumo privado, que representa alrededor del 60% de la actividad económica en Japón, registró en el segundo trimestre una contracción anualizada del 3%. En comparación con los tres primeros meses del año el consumo bajó un 0,8%.
La desaceleración económica de China y su impacto sobre los socios asiáticos también ha aumentado la posibilidad de que repunte en el crecimiento en el período julio-septiembre sea modesto, dijeron analistas.
El débil dato se suma a las señales de que la economía japonesa se encuentra estancada y podría reavivar las expectativas del mercado de que el Banco de Japón aumentará el estímulo monetario este año.
La contracción se compara con la media de las estimaciones de una caída del 1,9 por ciento en un sondeo entre economistas. El dato siguió a una revisada expansión de un 4,5 por ciento en el primer trimestre, según mostraron el lunes las cifras de la Oficina de Gabinete.
"El consumo privado se redujo mucho, el gasto de capital fue pobre y los inventarios aumentaron. La situación parecía mucho peor de lo que mostraron las cifras", dijo Takeshi Minami, economista jefe del Norinchukin Research Institute.
El consumo privado, que representa casi el 60 por ciento de la actividad económica, retrocedió un 0,8 por ciento en el segundo trimestre frente al período previo, el doble del ritmo esperado por los analistas.
Fue el primer declive desde el trimestre abril-junio de 2014, cuando un incremento en el impuesto sobre las ventas golpeó al consumo, ya que las familias gastaron menos en aire acondicionado, vestimenta y ordenadora personales, dijo un responsable gubernamental a periodistas.
La demanda externa redujo 0,3 puntos porcentuales del crecimiento ya que las exportaciones a Asia y Estados Unidos se hundieron, mostraron los datos.
El ministro de Economía, Akira Amari, culpó de la contracción a factores temporales como el mal clima que mantuvo en casa a los consumidores.
"Las condiciones de ingreso siguen mejorando como tendencias, así que se espera que el consumo privado se recupere gradualmente", aseguró Amari en un comunicado tras divulgarse los datos.
Muchos analistas dijeron que el débil dato de PIB del segundo trimestre no generará un alivio monetario inmediato.
Pero los economistas ya han recortado fuertemente sus proyecciones de crecimiento para el actual año fiscal y espera que el Banco de Japón expanda aún más la política monetaria cuando revise sus proyecciones de largo plazo en octubre.
La economía japonesa sufrió una leve recesión el año pasado después de que el consumo se viera golpeado por el alza de impuesto a las ventas en abril de 2014. El crecimiento repuntó este año, sólo para desacelerarse nuevamente ya que las exportaciones y el consumo se mantuvieron decepcionantemente débiles.
En abril de 2013 y como complementó a las medidas de estímulo del Gobierno liderado por Shinzo Abe, el Banco de Japón lanzó un agresivo plan de alivio cuantitativo y cualitativo con el fin de alcanzar un objetivo de inflación del 2% y reactivar la economía.
La recaída del PIB japonés añade presión al instituto emisor nipón de cara a una potencial ampliación del alcance de sus medidas de estímulo monetario.

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