lunes, 24 de agosto de 2015

Las Bolsas asiáticas se desploman preocupadas por China

PARÍS.- Las Bolsas asiáticas se hundieron este lunes, preocupadas por la desaceleración de la economía china a pesar de los nuevos esfuerzos de las autoridades de Pekín para tranquilizar a los inversores, arrastrando a los parqués europeos.

Shanghai lideró el desplome general. El índice compuesto de esta plaza se derrumbó un 8,49%, hasta los 3.209,91 puntos, después de haber llegado a perder el 9% durante la sesión. La semana pasada se había dejado más del 11%.
Entre tanto, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró la jornada con una pérdida del 4,61%, cayendo a su nivel más bajo en seis meses, tras cinco sesiones consecutivas en rojo.
El contagio llegó hasta la Bolsa de Taiwán, que cayó 4,84% después de haber llegado a ceder durante la jornada hasta un 7,46%. El parqué de Hong Kong le seguía los pasos con una caída de más del 4% a inicios de la sesión.
Siguiendo el derrumbe de las plazas financieras asiáticas, Sídney cayó un 4,09%, su nivel más bajo en dos años, y Seúl un 2,47%.
La ola de contagio llegó hasta Europa, donde las principales plazas bursátiles abrieron la sesión de este lunes con fuertes pérdidas.
Así, Londres se dejaba un 2,50%, Fráncfort 3,15%, París 3,57%, Madrid 2,90%, Lisboa cerca del 4% y Milán 3,82% en la apertura.
Las materias primas no se quedaron atrás: el petróleo cayó por debajo de los 40 dólares, su nivel más bajo en seis años.
A los inversores les preocupa la coyuntura mundial en general, al inicio de una semana rica en publicaciones de indicadores en Estados Unidos y Europa, pero China es principalmente la que domina las preocupaciones.
Los indicadores decepcionantes se suceden y crece la desconfianza general: el índice PMI sobre la actividad industrial de referencia en China, publicado el viernes, señala una drástica contracción de la actividad manufacturera en agosto en la segunda economía mundial.
"Hoy tenemos todos los ingredientes para presenciar en los mercados la peor jornada en cinco años", comentó Evan Lucas, corredor de IG Markets. "La reacción de los mercados asiáticos refleja el sentimiento de los inversores y su convicción de que un desplome brutal (de la economía china) es inevitable", añadió.
La sorpresiva devaluación del yuan el 11 de agosto -percibida como un intento desesperado de las autoridades chinas para impulsar sus exportaciones y su actividad económica- no hizo más que aumentar la inquietud general, causando una oleada de impactos en los mercados.
Desde entonces, se han esfumado al menos el equivalente a 5 billones de dólares en valor de las Bolsas mundiales.
Con un espíritu tranquilizador, Pekín anunció el domingo -en una directiva recogida por los medios estatales- que el gigantesco fondo de pensiones nacional invertirá en las Bolsas. El fondo de pensiones podrá invertir hasta un 30% de sus activos netos en acciones. Con anterioridad, sólo podía invertir en bonos del Tesoro y depósitos bancarios.
La medida, susceptible de conllevar compras masivas de títulos por el fondo de pensiones, no parecía tranquilizar a los inversores chinos, en su inmensa mayoría particulares y pequeños portadores.
"Pasará mucho antes de que lleguen las intervenciones del fondo de pensiones, y las valorizaciones siguen siendo demasiado altas, ni siquiera el fondo hubiera nada en este momento", comentó Qian Qimin, analista del corredor Shenwan Hongyuan.
De hecho persisten los temores de una "burbuja": antes de hundirse a mediados de junio, la Bolsa de Shanghai había ganado un 150% en el espacio de un año, impulsada por el endeudamiento y de manera totalmente desconectada de la economía real. "El mercado todavía se va a hundir más. Sería lo lógico, ya que los mercados bursátiles de todo el mundo caen al mismo tiempo", agregaba Qian Qimin.
"La economía está muy mal, ciertos sectores están sobrevalorados y las presiones a la venta en todos los mercados mundiales contribuyen a bajarle la moral a las plazas chinas", resumía Wu Kan, gerente del fondo JK Life Insurance en Shanghai, citado por la agencia Bloomberg.
Ante el desplome de los mercados bursátiles mundiales, los inversores se dirigían el lunes hacia los mercados de deuda, lo que beneficiaba a la deuda alemana y estadounidense, cuyas tasas a 10 años pasó por debajo del 2%.

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