miércoles, 26 de agosto de 2015

Las medidas del banco central chino, insuficientes para relanzar la economía

PARÍS.- La última rebaja de los tipos de interés del banco central chino (PBOC) es "bienvenida" pero el gobierno tiene que adoptar más medidas de apoyo y de reactivación presupuestaria para dinamizar la segunda economía mundial, advierten los analistas.

Tras el descalabro de la Bolsa de Shanghái que ha arrastrado al resto de las bolsas del mundo, el banco central chino, el PBOC, presentó el martes su nuevo arsenal de medidas para apoyar la actividad económica y tratar de calmar la creciente preocupación sobre la desaceleración y los riesgos de contagio al resto del mundo.
China representa en torno al 13% del PIB mundial.
El PBOC ha reducido la tasa de interés en un cuarto de punto, a 4,60%, su nivel más bajo, abaratando el precio del dinero, y ha reducido las reservas obligatorias que se exigen a los bancos, lo que supone en la práctica una inyección de liquidez al sistema.
Pero no ha convencido a los inversores. Las bolsas chinas se hundieron este miércoles un poco más y la volatilidad se adueñó de las asiáticas al igual que de las europeas, que al final cerraron en rojo, pese a la buena marcha de Wall Street.
"Es necesaria una política monetaria expansiva para contener las fragilidades financieras, frenar las presiones deflacionistas, estabilizar el endeudamiento y tranquilizar a los mercados", subraya Wang Tao, analista de UBS.
"Pero la expansión monetaria por sí sola solo aportará un empujón limitado a la economía real, a menos que se combine con una política presupuestaria eficaz" llevada a cabo por el gobierno, insistió.
Pekín no tiene más alternativa que mantener cueste lo que cueste las inversiones en infraestructuras, señala Wang.
Como cura milagrosa, "la tradicional política monetaria no bastará para disipar los riesgos de una economía que se basa en un endeudamiento colosal", dice por su parte Liu Li-Gang, del banco ANZ.
El PBOC ya había bajado en cuatro ocasiones sus tasas entre noviembre y junio para estimular la economía.
Pero sin gran éxito, pues gran parte de la liquidez acababa inflando la burbuja bursátil en vez de ayudar a las empresas.
Ahora, el banco central debe "asegurarse de que el dinero llega bien a la economía real", sobre todo haciendo que las empresas y los gobiernos locales se endeuden, dijo Liu.
Por eso, los bancos estatales que dominan el sistema financiero conceden créditos sobre todo a las grandes empresas públicas en vez de las pequeñas firmas privadas, consideradas como un riesgo. Y ante la falta de un mercado que inspira confianza, muchas empresas no logran financiarse a costes razonables.
Reducir la presión fiscal podría de hecho ser una herramienta de reactivación eficaz "ahora que los impuestos a las empresas siguen muy altos", agregan los economistas de China International Capital Corp.
El crecimiento económico fue del 7,4% en 2014, su nivel más bajo en cerca de un cuarto de siglo, antes de desacelerarse al 7% en los dos primeros trimestres del 2015.
Ahora, el objetivo oficial de crecer un 7% está en riesgo dado el deterioro de la segunda economía mundial: caída de las exportaciones, contracción de la actividad industrial y de la producción, y por si fuera poco, el batacazo de la bolsa de Shanghái, que ha perdido 40% desde junio.
Y ello pese a las intervenciones del gobierno, sobre todo mediante la compra masiva de acciones por los organismos públicos. Las autoridades han gastado el equivalente de 270.000 millones de yuanes para tratar de frenar la caída.
Fondos públicos "dilapidados" y que podrían haber sido mejor empleados, dice Liu Li-Gang: "si estas cantidades hubieran sido invertidas en la economía real, a la economía china le iría mejor y a las bolsas también".
Actualmente, "las autoridades han cesado su intervención (en el mercado) y las fluctuaciones de las plazas bursátiles han caído a segundo plano", observa Zhu Haibin, analista de J.P. Morgan.
Las bolsas chinas ganaron un 150% en un año, dopadas artificialmente por un fuerte endeudamiento totalmente desconectado de los resultados reales de las empresas.
En cambio, la rebaja de las tasas del PBOC podrían intensificar las presiones a la baja del yuan tras una súbita devaluación ante el dólar hace dos semanas.
Lo que hace que las exportaciones chinas sean más competitivas pero encarece las importaciones del país y aumenta la deuda en dólares de las empresas locales.

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