BERLÍN.- El vicecanciller y
titular de Economía alemán, Sigmar Gabriel, informó hoy de que a Alemana
ya han llegado en lo que va de año 450.000 refugiados, de los 800.000
que se estima lo hagan en 2015.
El ministro precisó que sólo en los primero ocho días de septiembre
Alemania recibió 37.000 solicitantes de asilo, mientras que en el mes
anterior llegaron al país 105.000.
Durante una intervención ante el Bundestag (Parlamento federal) para
el debate general de los presupuestos del Estado correspondientes a
2016, el ministro subrayó que "la migración no se puede prohibir ni
evitar", por lo que urge establecer acceso legal hacia Europa y crear
una alternativa a las redes de traficantes.
"Por eso recomiendo avanzar con urgencia también en Alemania el tema
de una ley de inmigración", señaló el ministro, quien agregó que en
Europa es necesario asimismo hacer campaña en esta materia.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha aplazado el debate para una
ley sobre inmigración hasta que haya una mayor claridad sobre la llegada
de refugiados y se pueda hablar del tema con una mayor objetividad,
según había señalado la jefa del Ejecutivo.
Por otra parte, Gabriel aseguró que el país puede afrontar la crisis
de los refugiados sin recortar prestaciones a los ciudadanos ni subir
impuestos.
Esto es posible, porque el Gobierno alemán no se ha desviado de su
curso en materia de política económica y financiera y no ha contraído
nuevas deudas, indicó.
"Esto vale la pena", afirmó el ministro, quien agregó que la economía alemana crece de manera sólida.
En este sentido, calificó de realistas los pronósticos del gobierno
de un crecimiento para este año y el que viene del 1,8 %,
respectivamente.
Al mismo tiempo, Gabriel llamó a empresarios, sindicatos y
representantes políticos a lanzar un plan de formación ante el creciente
número de solicitantes de asilo.
Las oportunidades y los riesgos de la inmigración van de la mano,
advirtió el ministro, quien agregó que cuanto antes puedan los
inmigrantes acceder al mercado de trabajo, antes puede resolverse uno de
los problemas más acuciantes en Alemania, la falta de personal
cualificado.
El ministro recordó que el déficit de mano de obra ascenderá a hasta
seis millones de personas, una amenaza no sólo para las empresas, sino
para el bienestar de toda la sociedad, advirtió.
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