MOSCÚ.- Los máximos
dirigentes del consorcio ruso Gazprom y de la gasística ucraniana
Naftogaz alcanzaron hoy en Viena un acuerdo sobre el suministro de gas a
Ucrania para los próximos seis meses, anunció el presidente del
monopolio ruso, Alexéi Miller.
"Hemos consensuado todas las cuestiones fundamentales con Ucrania",
dijo Miller al canal ruso NTV al término de la reunión en Viena con su
colega ucraniano, Andréi Kóbolev.
Miller manifestó que el acuerdo podría ser firmado la próxima semana,
"con participación de la Comisión Europea", a fin de reanudar a partir
del 1 de octubre los suministros del gas ruso a Ucrania, suspendidos el
pasado 1 de julio, cuando Kiev anunció que dejaba de comprar gas ruso.
El acuerdo alcanzado en Viena se extenderá entre octubre de este año y
el 31 de marzo de 2016, por lo que garantizará los suministros a
Ucrania durante los fríos meses de invierno y también el tránsito del
gas ruso a los países de la Unión Europea a través del territorio
ucraniano.
El acuerdo no satisface el deseo de Kiev de contar con un nuevo
contrato de larga duración con Gazprom que le garantice precios bajos
para el gas ruso y se limita, al igual que el firmado hace justo un año,
a seis meses con posibilidad de prorrogas puntuales.
Sí ofrece a Kiev el descuento arancelario, incluido igualmente en los
convenios anteriores, que le permitirá comprar gas ruso a precios
competitivos, en palabras de Miller "comparables con los países de la
Unión Europea vecinos de Ucrania".
También elimina para el periodo de su vigencia la cláusula más
polémica del contrato general para el suministro de gas ruso a Ucrania,
denominada "Coge o paga" (take or pay, en inglés), que obliga a Naftogaz
a abonar anualmente hasta 2019 por un mínimo de 41.600 millones de
metros cúbicos de gas, aunque haya importado menos.
Ucrania sostiene que ese contrato de suministro que rige las
relaciones entre las dos compañías, firmado en 2009 por la entonces
primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko y vigente hasta 2019, es
abusivo y reclama al Arbitraje de Estocolmo su calificación como no
acorde a derecho.
Mientras, Moscú recuerda que el contrato fue firmado por la máxima
autoridad del Gobierno ucraniano, por lo que su legalidad no puede ser
puesta en duda y debe ser cumplido a rajatabla por Kiev.
El Gobierno del primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk se ha
propuesto como uno de sus objetivos estratégicos lograr la drástica
disminución de la dependencia energética de Rusia.
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