LA HABANA.- Mucha suerte es la que se necesita
para conseguir una mesa en el Atelier, un restaurante de moda en La
Habana, donde unos estadounidenses católicos venidos en cuatro vuelos
chárter abarrotaban el salón la víspera de la llegada del papa Francisco a
Cuba el sábado.
Y lo mismo si busca habitación en una 'casa
particular', hostales propiedad de familias cubanas que la isla
comunista empezó a autorizar en 1997, en el marco de sus primeras
reformas de libre-mercado.
Los clientes de los grandes hoteles
regentados por el Estado se enfrentan a precios que han subido hasta un
50% a causa de la extremadamente popular visita del papa a Cuba, que se
ha convertido en un destino de moda desde que Francisco ayudara a
negociar el acercamiento entre la isla y su antiguo enemigo del otro
lado del estrecho de Florida.
Desde el anuncio del histórico
deshielo con Estados Unidos en diciembre, hay un zumbido en el aire en
Cuba, donde las llegadas de turistas han aumentado un 17% desde enero en
comparación con el mismo período del año pasado, según los datos del
departamento de estudios de turismo de la Universidad de La Habana.
Los
visitantes de Estados Unidos han aumentado más del 57%, a pesar de que
el embargo en este país aún prohíbe a los turistas viajar a la isla.
Y el rumor ha ido creciendo hasta transformarse en un rugido en torno a la anticipada visita del papa.
David
Donn, que voló con otros 186 católicos en uno de los vuelos chárter
organizados por la arquidiócesis de Miami, dijo que había decidido hacer
el viaje en parte para ver al papa y en parte a causa de la nueva
"aureola" de una isla que ha sido durante años tabú para turistas
estadounidenses. "Todos mis amigos están completamente fascinados. Han
estado llamándome todas las semanas. Creen que esto es maravilloso",
dijo este contable de 63 años de Stuart, Florida. "Con las relaciones
entre Estados Unidos y Cuba descongelándose, creo que es una gran
oportunidad venir aquí y ver Cuba antes de que las cosa empiecen a
cambiar y los barcos de crucero comiencen a llegar", dijo.
Este
deseo de llegar antes de los inminentes cruceros, al tiempo que la Casa
Blanca deja atrás más de cinco décadas de una política de aislamiento
de Cuba, es uno de los factores que impulsa el incremento de los viajes
internacionales a la isla, según José Luís Perello Cabrera, un experto
de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana. "La gente está
aprovechando para llevarse una imagen de la realidad que tiene Cuba en
un momento como éste, porque es posible que el año que viene haya
cambios... (bajo) el llamado modelo de actualización de la economía
cubana. Es posible que haya una mayor apertura a una inversión
extranjera, agencias de viaje, touroperadores y cadenas hoteleras",
agregó.
Esta tendencia ha alcanzado su punto máximo alrededor del
viaje del papa, estimó. "Estamos en un período con la visita del papa en
el que todos las plazas hoteleras están vendidas, tanto en La Habana
como en las provincias del oriente cubano: Holguín, Santiago de Cuba",
las otras dos ciudades que Francisco visitará en su estancia de tres
días, añadió Perello Cabrera.
Para
muchos de los católicos que han viajado desde Miami, la visita del papa
es el desenlace de una amarga contienda de familia que ha separado a
los cubanos y a la diáspora cubana en Estados Unidos durante medio
siglo.
Contratar un viaje para los 150 kilómetros (90 millas) de
océano que separan ambos países todavía es complicado. El gobierno
estadounidense permite visitar Cuba a doce categorías de viajeros,
-incluyendo grupos religiosos, como los del viaje organizado por la
archidiócesis-, pero aún prohíbe el turismo propiamente dicho.
Las
autoridades cubanas son conocidas por denegar visados a los cubanos
nacidos en Estados Unidos, muchas veces de forma abritraria, según
muchas quejas.
Ralph Gazitua y su familia tuvieron que enfrentarse
a una dura experiencia para llegar a La Habana. Cuba, que rechazó la
petición de visado de la mujer de Gazitua cuando ésta intentó viajar a
la isla para la visita del papa Benedicto XVI en 2012, autorizó en esta
ocasión un visado, pero sólo una hora y media antes de que saliera su
avión. "Fue en el último momento", explicó Gazitua, un hombre de
negocios de Miami.
No obstante, la mayoría de los turistas que han
viajado a Cuba para la visita del papa viene de otros países
latinoamericanos, muchos de ellos del país de origen de Francisco,
Argentina, como su presidenta, Cristina Kirchner.
La artista
plástica mexicana de Morelia, Norma Ligia Favela Pérez, de 56 años, dijo
que para ella era importante estar en Cuba por el rol crucial del papa
en ayudar a superar las amarguras de medio siglo de Guerra Fría en el
hemisferio. "Este papa ha sido el embajador de este milagroso momento
para la Humanidad. Es un referente histórico", dijo Pérez, autora de una
pintura con dos manos que se estrechan sobre un mapa de las Américas en
honor a la visita de Francisco.
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