NUEVA YORK.- El presidente de China, Xi
Jinping, ha defendido la gestión económica de su gobierno y ha asegurado
que la desaceleración del crecimiento y las fluctuaciones del mercado
del país no detendrán la marcha de las reformas necesarias en la
economía china.
En una entrevista a 'The Wall
Street Journal', Xi afirmó que la intervención de su gobierno en los
últimos meses para detener la abrupta caída de los mercados bursátiles
fue necesaria para "calmar los riesgos sistémicos" y la comparó con las
que realizan otros gobiernos en "algunos mercados extranjeros maduros".
Respecto a la desaceleración de la economía del país, el
presidente chino instó a los inversores extranjeros a pensar a largo
plazo y comparó a la segunda mayor economía del mundo con un buque en un
mar agitado.
"Cualquier barco, por muy grande que sea, puede en ocasiones
navegar por aguas inestables en alta mar", afirma en la entrevista
realizada por escrito antes de su viaje a Estados Unidos que comienza
este martes en Seattle.
En esta línea, Xi quiso disipar cualquier preocupación de que
China esté fallando en su transición hacia un crecimiento más sostenible
y argumentó que, "al igual que una flecha disparada que no puede
devolverse", China va a seguir adelante "a pesar de todo para cumplir
con sus objetivos de reforma".
Respecto a la devaluación de casi el 2% de la moneda china que
alimentó las preocupaciones sobre la fuga de capitales, apuntó que la
reducción de reservas posterior a la devaluación fue normal "y que no
hay necesidad de reaccionar de forma exagerada a la misma".
Por otro lado, Xi restó importancia a las diferencias que han
desestabilizado las relaciones entre su país y Estados Unidos,
incluyendo la seguridad cibernética y la construcción, por parte de
Pekín, de islas artificiales en el Mar Meridional de China.
En este sentido, aseguró que China no es una potencia militar
aventurera y quiere trabajar junto con Washington para hacer frente a
los desafíos del mundo. Además, resaltó la cooperación entre ambos
países en cuestiones urgentes a nivel mundial, como los acuerdos para
reducir las emisiones relacionadas con el cambio climático y los
esfuerzos comunes en la negociación de límites al programa nuclear de
Irán.
"No creo que ningún país por sí solo sea capaz de reorganizar la
arquitectura de la gobernabilidad global hacia sí mismo", dijo el
presidente chino, quien agregó que los hechos han demostrado que "los
intereses de China y Estados Unidos están cada vez más entrelazados".
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