BERLÍN.- La Unión Europea podría introducir pruebas
más estrictas de emisiones de vehículos a la luz del escándalo de
Volkswagen, que engañó sobre las mismas, dijeron altos cargos europeos. El fabricante de automóviles alemán nombró ayer
al veterano de la empresa Matthias Mueller como nuevo consejero delegado
en un intento por lidiar con una crisis que su presidente describió
como un "desastre político y moral".
El nombramiento se produjo mientras las autoridades
suizas decían que suspendían la venta de vehículos Volkswagen con motor
diésel que contienen dispositivos capaces de hacer trampas en las
pruebas de emisiones de gases, incluidas las marcas Audi, Seat, Skoda y
Volkswagen ensamblados entre 2009 y 2014. Esto, dijo, podría afectar a
180.000 vehículos.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans
Timmermans, dijo que los jefes de Volkswagen tenían que ser totalmente
claros sobre el escándalo.
"Tenemos que detener el fraude, y por eso tenemos que
llegar al fondo de este asunto", dijo al diario alemán Sueddeutsche
Zeitung en unas declaraciones publicadas el sábado.
Además, el vicepresidente de la Unión Europea podría
cambiar sus leyes para introducir normas más estrictas en las pruebas de
emisiones de vehículos.
La ministra de Medio Ambiente alemana, Barbara
Hendricks, también dijo que la Comisión y los estados miembros estaban
considerando normas más estrictas.
"Actualmente estamos trabajando en métodos de medición
más nuevos y honestos en Bruselas", dijo Hendricks al diario
Handelsblatt en una entrevista que se publicará el lunes.
"No podemos sólo depender de los tests en el
laboratorio", dijo, agregando que las futuras pruebas deberían centrarse
más en condiciones normales en carretera.
La estrecha relación entre el Gobierno alemán y la
industria automovilística del país está en el centro de atención a raíz
del escándalo de Volkswagen.
El jefe de gabinete de la canciller Angela Merkel,
Peter Altmaier, pidió a Volkswagen que actuara para restaurar la
confianza de la opinión pública en la industria. "Necesitamos garantizar
que los coches de los fabricantes alemanes cumplen las normas, sin
manipulación", dijo en una entrevista en Der Tagesspiegel, que se
publicará el domingo.
Volkswagen podría afrontar multas por valor de 18.000
millones de dólares de la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU
tras admitir usar software en coches de diésel para enmascarar las
emisiones durante las pruebas.
El fabricante ha dicho que 11 millones de vehículos en
todo el mundo estaban equipados con un software similar al que permitió
amañar las pruebas en EEUU, pero dijo que estaba desactivado en la
mayoría de ellos.
Reguladores y fiscales de todo el mundo están
investigando el escándalo, mientras que clientes e inversores están
preparando demandas. El mercado automovilístico en su conjunto también
se ha visto afectado, ya que algunos fabricantes temen una caída en las
ventas de coches diésel y pruebas más estrictas.
La Agencia de Protección Medioambiental de EEUU
notificó a las empresas de automoción el viernes que podría requerir
pruebas adicionales a "cualquier vehículo" para determinar si cumplen
los estándares de emisión bajo condiciones normales de carretera, no
sólo en modo de prueba controlado.
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