LONDRES.- El 51 por ciento de los británicos apoya la salida del Reino Unido de
la Unión Europea (UE), en tanto el 49 aboga por permanecer en el
bloque, según una encuesta de la firma Survation divulgada hoy.
Publicado por la versión dominical del Daily Mail, el estudio se
realizó en medio del agravamiento de la crisis migratoria y muestra un
cambio de opinión con respecto a sondeos anteriores, donde predominaba
el respaldo a la continuidad en el grupo de los 28.
Survation precisó, además, que la cifra de votantes a favor de la iniciativa separatista podría aumentar si la situación en torno a los refugiados empeora.
Dichas previsiones se conocen un día antes que la Cámara de los Comunes analice la propuesta de ley para la celebración de un referendo sobre el tema, previsto para antes que finalice el 2017.
El martes pasado, la Comisión Electoral británica propuso modificar la pregunta de la consulta popular por dudas sobre la imparcialidad de la interrogante.
Según ese organismo, tras consultar a expertos y realizar varios análisis se concluyó que la frase aprobada inicialmente (¿Debería el Reino Unido permanecer en la UE?) obliga a responder sí o no y, por tanto, incita a los votantes a respaldar la respuesta positiva, favorable a mantener el statu quo.
Por tales motivos, se recomendó incluir palabras que permitan a los ciudadanos comprender mejor la pregunta.
De acuerdo con la nueva propuesta, la interrogante quedaría: ¿Debería el Reino Unido permanecer en la UE o abandonarla?
La celebración del referendo fue una de las principales promesas del primer ministro David Cameron durante su campaña electoral, lo cual estuvo condicionado por una creciente corriente contra las instituciones del bloque comunitario dentro de los conservadores y el auge del euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido.
El jefe del Ejecutivo manifestó que la realización de transformaciones hacia el interior de la UE es una condición fundamental para la continuidad de su país en ella y trató de convencer a sus socios europeos de la necesidad de los cambios.
Entre las reformas propuestas sobresale la reducción de la migración intracomunitaria, lo cual se opone al principio de libre circulación establecido por el grupo de los 28.
Cameron defiende, además, la concesión al Reino Unido de competencias en el control de la entrada de inmigrantes y es partidario de restringir los beneficios sociales brindados por esta nación a ciudadanos de otros Estados de la entidad comunitaria.
Asimismo, aboga por otorgar facultades mayores a los parlamentos de los países miembros de la UE, incluida la de bloquear legislaciones propuestas por la directiva de los 28.
Survation precisó, además, que la cifra de votantes a favor de la iniciativa separatista podría aumentar si la situación en torno a los refugiados empeora.
Dichas previsiones se conocen un día antes que la Cámara de los Comunes analice la propuesta de ley para la celebración de un referendo sobre el tema, previsto para antes que finalice el 2017.
El martes pasado, la Comisión Electoral británica propuso modificar la pregunta de la consulta popular por dudas sobre la imparcialidad de la interrogante.
Según ese organismo, tras consultar a expertos y realizar varios análisis se concluyó que la frase aprobada inicialmente (¿Debería el Reino Unido permanecer en la UE?) obliga a responder sí o no y, por tanto, incita a los votantes a respaldar la respuesta positiva, favorable a mantener el statu quo.
Por tales motivos, se recomendó incluir palabras que permitan a los ciudadanos comprender mejor la pregunta.
De acuerdo con la nueva propuesta, la interrogante quedaría: ¿Debería el Reino Unido permanecer en la UE o abandonarla?
La celebración del referendo fue una de las principales promesas del primer ministro David Cameron durante su campaña electoral, lo cual estuvo condicionado por una creciente corriente contra las instituciones del bloque comunitario dentro de los conservadores y el auge del euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido.
El jefe del Ejecutivo manifestó que la realización de transformaciones hacia el interior de la UE es una condición fundamental para la continuidad de su país en ella y trató de convencer a sus socios europeos de la necesidad de los cambios.
Entre las reformas propuestas sobresale la reducción de la migración intracomunitaria, lo cual se opone al principio de libre circulación establecido por el grupo de los 28.
Cameron defiende, además, la concesión al Reino Unido de competencias en el control de la entrada de inmigrantes y es partidario de restringir los beneficios sociales brindados por esta nación a ciudadanos de otros Estados de la entidad comunitaria.
Asimismo, aboga por otorgar facultades mayores a los parlamentos de los países miembros de la UE, incluida la de bloquear legislaciones propuestas por la directiva de los 28.
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