SAN JUAN.- Puerto Rico divulgó este miércoles
un plan de ajuste fiscal a cinco años para aliviar la enorme deuda de
72.000 millones de dólares, que incluye una reestructuración de más de
la mitad del monto y reformas para salir de la asfixiante crisis.
Pero
aún cuando se cumpla el plan fiscal, para 2020 la brecha fiscal del
estado libre asociado a Estados Unidos sería de 13.000 millones de
dólares, por lo que se esperan grandes sacrificios de la población
puertorriqueña, ya sumida en una recesión económica desde hace casi una
década.
"La deuda pública masiva de Puerto Rico es un impedimento
al crecimiento, es hora de que los acreedores vengan a la mesa y
compartan el sacrificio", dijo el gobernador Alejandro García Padilla,
al divulgar el informe.
La aguda falta de liquidez en Puerto Rico
se hizo patente en agosto con el primer impago en la historia de la
isla, cuando una corporación pública no hizo un desembolso previsto,
aunque el gobierno ha seguido honrando otras deudas.
El informe,
que plantea reestructurar 47.000 de dólares de la deuda, admite que la
negociación con los bonistas será un trabajo complicado.
El
proceso "resultará en privaciones para bonistas, pero a menos que se
ponga fin al estancamiento de la economía de Puerto Rico que ha
alimentado el incremento de la deuda en la década pasada, la deuda
pública no es sostenible", señaló el informe.
El anuncio se
produce luego de que el mandatario reconociera en junio que la deuda
pública es impagable en las actuales condiciones y a 90 días de que
Puerto Rico tenga que abonar 1.299 millones a los acreedores.
García
Padilla anunció que el plan se enfoca en medidas de competitividad, sin
despedir empleados públicos, como ocurrió en 2009, cuando quedaron
fuera 30.000 burócratas.
El gobernador insistió en la necesidad
de que Estados Unidos "nos provea un marco jurídico para atender las
obligaciones del país de forma ordenada", en referencia a la demanda de
San Juan de que se le permita acogerse a la ley de Quiebras
norteamericana, de la que se han beneficiado ciudades como Detroit.
El
estado libre asociado se hundió en la crisis fiscal luego de que
finalizara en 2006 un sistema de exoneración fiscal para empresas
norteamericanas que provocó una caída de la actividad económica y
sucesivas emisiones de deuda de los gobiernos para cubrir el creciente
déficit.
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