BRUSELAS.- El presidente del
Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, aseguró hoy que ante un
contexto macroeconómico "más desafiante" la entidad se mantiene
vigilante y que actuará si es necesario adoptando más medidas
monetarias, aunque por el momento Fráncfort se tomará su tiempo para
analizar la situación.
Ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara,
Draghi recordó que en septiembre el BCE revisó a la baja sus
previsiones de crecimiento e inflación, dado que ahora se espera una
"recuperación más débil y un aumento de la inflación más lenta", que la
mantendrá en torno a cero a corto plazo.
El banquero italiano apuntó al menor crecimiento en las economías
emergentes, la caída de los precios de petróleo y de las materias primas
y al fortalecimiento del euro como las "principales causas" de este
empeoramiento de la situación, que conlleva la emergencia de nuevos
"riesgos a la baja" para el crecimiento.
"Respecto a varios de estos cambios, es muy pronto para juzgar con
suficiente confianza si van a causar desvíos duraderos en la trayectoria
que esperábamos (...) cuando decidimos expandir nuestro programa de
compra de activos en enero", apuntó.
Por ello aseguró que "es necesario más tiempo para determinar en
particular si la pérdida de impulso en los mercados emergentes es de
naturaleza temporal o permanente".
Añadió que Fráncfort necesita margen para "analizar las fuerzas
impulsoras que hay detrás de la caída del precio internacional de las
materias primas tras los recientes episodios de turbulencias financieras
severas".
"Vamos a vigilar toda la información relevante que llegue y su
impacto en las perspectivas de estabilidad de los precios", indicó.
Draghi advirtió de que si alguno de los riesgos que han aparecido en
el horizonte debilitara las perspectivas de la inflación a medio plazo
de una manera "más fundamental", el BCE "no dudaría en actuar".
"El programa de compra de activos tiene suficiente flexibilidad
inherente, vamos a ajustar su tamaño, composición y duración como sea
apropiado si más impulsos monetarios son necesarios", aseguró.
Durante su comparecencia, Draghi también aprovechó para defender la
necesidad de que se siga avanzando hacia una mayor integración de la
eurozona y, en particular, en la creación de la Unión Bancaria, que en
estos momentos podría sufrir retrasos ante las diferencias que mantienen
los países del euro.
En concreto, Alemania quiere evitar que nuevos pasos en ese sentido
supongan compartir más riesgos, por lo que exige a sus socios una serie
de medidas complejas antes de aceptar, por ejemplo, la creación de un
esquema europeo de garantía de depósitos bancarios.
Draghi advirtió de que la recién recuperada "confianza" es clave y
que para mantenerla es necesario asegurar que las "reglas van a ser
respetadas" y que los planes hacia una mayor integración "van a ser
realmente tomadas en serio, tomándose pasos en ese sentido".
"La confianza también supone confiar en que aquello a lo que uno se
ha comprometido se cumplirá, en concreto a completar la unión bancaria,
que tiene que hacerse sin esperar hasta que se acometan grandes cambios
de los tratados" europeos, subrayó.
En este contexto, instó también a los países a hacer reformas para
apuntalar la recuperación económica y que ésta no sea meramente una
mejoría temporal.
"Ciertamente, para que la recuperación pueda transformarse de cíclica
en estructural, los países tienen que aplicar reformas estructurales.
Siempre hemos dicho que la política monetaria puede ayudar (...) pero no
puede hacer todo por si sola", dijo.
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