ANKARA.- Las autoridades de Finanzas de las
20 economías más grandes del mundo acordaron el sábado impulsar
reformas para estimular el débil crecimiento global, y añadieron que la
dependencia de una política de tipos ultrabajos no sería suficiente para
acelerar la expansión.
Sin embargo, los representantes del G-20 también se
mostraron confiados en que el crecimiento repuntará, y que como
resultado, los tipos de interés en "algunas economías avanzadas" -en
referencia clara a Estados Unidos- tendrán que subir.
"Las políticas monetarias seguirán respaldando la
actividad económica en consonancia con los mandatos de los bancos
centrales, pero la política monetaria sola no puede llevar a un
crecimiento equilibrado", señaló el comunicado de los ministros de
Finanzas y jefes de bancos centrales del G-20 que se reunieron en
Ankara.
"Notamos que, en línea con la mejora del panorama
económico, el ajuste en la política monetaria es más probable en algunas
economías avanzadas", agrega el texto definitivo.
El contenido del texto desafió la presión de los
mercados emergentes para que el G-20 describiera una prevista alza de
los tipos de interés de Estados Unidos como un riesgo para el
crecimiento global.
"Hemos escuchado diferentes opiniones sobre la decisión
de la Fed. Algunos creen que la Fed tiene que tomar esa decisión más
pronto que tarde, mientras otros creen que tiene que aplazarla", dijo el
viceministro de Finanzas turco, Cevdet Yilmaz, en una rueda de prensa.
A fin de limitar la volatilidad de los flujos de
capital que están saliendo de los mercados emergentes para reforzar
inversiones en dólares -la razón de la preocupación por el alza de tasas
de la Reserva Federal- los representantes del G-20 dijeron que
evitarían cualquier sorpresa o decisiones radicales.
"Calibraremos cuidadosamente y comunicaremos con
claridad nuestras acciones, especialmente en el contexto de decisiones
importantes sobre divisas o política monetaria, a fin de minimizar los
efectos negativos, mitigar la incertidumbre y promover la
transparencia", indicó el comunicado.
La preocupación sobre la turbulencia que podría causar
un alza de la tasa de los fondos federales de la Fed se vio exacerbada
por la inquietud de los inversores en torno a una desaceleración brusca
de China, la segunda mayor economía del mundo.
Las autoridades del G-20 dijeron que discutieron la
devaluación del yuan implementada por China en agosto, una decisión que
algunos expertos podrían ver como una alineación de los mercados en
lugar de una medida para apuntalar las exportaciones del gigante
asiático.
"Muchos apoyaron las medidas tomadas por China (...)
los ministros fueron muy tolerantes", dijo el viceministro de Finanzas
ruso, Sergei Storchak, en ruedas de prensa.
La devaluación de China, además del desplome de sus
mercados bursátiles ante el temor por su posible "aterrizaje forzoso" en
cuanto a la expansión del PIB, son parte de la complicada senda hacia
una economía más liberal, dijeron algunas autoridades.
"Es una transformación increíblemente difícil y no
sorprende que haya dificultades, no es un proceso perfectamente estable,
y creo que tuvimos muchas explicaciones, oportunidades para hacer
preguntas y hubo diálogo, y uno muy abierto", dijo Christine Lagarde,
directora gerente del Fondo Monetario Internacional, tras el encuentro.
Sin embargo, algunos dignatarios estaban menos impresionados.
"Sus explicaciones no fueron tan buenas. Ellos deberían haber sido más claros", dijo el ministro de Finanzas japonés, Taro Aso.
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