BRASILIA.- El gobierno de Brasil estimó que
el Producto Interior Bruto (PIB) del gigante sudamericano retrocederá un
2,44% este año, superando la previsión de caída de 1,49% de la última
revisión, en medio de la recesión económica que comenzó en el segundo
trimestre.
"La previsión para 2015 del crecimiento real del PIB
fue reducida del -1,49% al -2,44%, mientras que el índice de inflación
pasó del 9,00% al 9,29%, ambas revisiones alineadas con las expectativas
de mercado", valoró el informe presupuestario del cuarto bimestre de
2015, elaborado por los ministerios de Hacienda y Planificación.
Esta
nueva reducción del PIB de 2015, que de cumplirse sería la mayor en 25
años, se conoció en la misma jornada que el real cerró superando las
cuatro unidades por dólar (4,054), marcando el menor valor de su
historia.
La caída en picado de la moneda brasileña, que en lo que
va de año ha perdido un 34,34% de su valor, es uno más del torrente de
indicadores negativos que debilitan a la séptima economía del mundo.
"La
estimación de la inflación sugiere cierta persistencia en 2015,
reflejando la realineación de los precios administrados y la
desvalorización cambiaria", continúa el informe.
Acercándose
peligrosamente a los dos dígitos, la inflación superaría así más del
doble de la meta oficial de 4,5% (con dos puntos de tolerancia en ambos
sentidos), mientras el desempleo sigue subiendo y cae el consumo, gran
motor de la economía en la última década.
La presidenta de
izquierda Dilma Rousseff enfrenta un complejo cóctel que mezcla una
alarmante coyuntura económica con la rebeldía de un Congreso que
cuestiona su crucial plan de austeridad, así como los pedidos de la
oposición para que se le realice un juicio político y una popularidad
por los suelos.
A la inmensa
corrupción destapada en la estatal Petrobras, que ha golpeado la
economía y llevado a la cárcel a grandes figuras del gobernante Partido
de los Trabajadores (PT), se sumó la reciente decisión de la agencia
Standard and Poor's de retirar el grado inversor al país.
Luego
de presentar al Congreso un presupuesto en rojo para 2016, el gobierno
se arrepintió, dio marcha atrás y ahora defiende la postergación de
ajustes salariales y contrataciones del sector público, la eliminación
de ministerios e incluso recortes en el sensible terreno de los
programas sociales para intentar alcanzar un superávit fiscal primario
de 0,7%.
Tras un alza espectacular de 7,5% del PIB en 2010 que
fascinó al mundo y puso a Brasil al frente de las potencias emergentes,
la economía del país más grande de Sudamérica creció solo 2,7% en 2011,
1% en 2012, 2,5% en 2013 y apenas 0,1% en 2014.
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