PARÍS.- La divulgación de las cifras sobre el comportamiento mensual del
mercado laboral generan expectativas y pesimismo en Francia, donde el
elevado desempleo persiste como una de las principales preocupaciones
para las personas.
Algunas esperan cada mes para conocer los números, otras manifiestan
estar cansadas de no ver llegar una mejoría creíble de un apartado que
impacta directamente en sus bolsillos, en sus vidas.
Las cifras más recientes se conocieron ayer y resultaron poco halagüeñas. El Ministerio de Trabajo reportó que las demandas de empleo subieron en agosto 0,6 por ciento en Francia metropolitana (parte continental más la isla de Córcega), con lo cual la cifra de parados se ubicó en 3,57 millones.
El número representa un alza de 20.000 desocupados con relación a lo registrado en julio. En la comparación interanual, la cantidad de cesantes trepó en 4,6 puntos, precisó.
La entidad subrayó que si se incluye a los ciudadanos de los territorios de ultramar, el número total de demandantes de empleo en todas las categorías (jornada parcial o completa), llegó a 5,72 millones.
Analistas señalan que algunos de los principales desafíos del Ejecutivo corresponden al área económica, concretamente al apartado laboral (paro en torno el 10 por ciento) y al del crecimiento, aún insuficiente para lograr una recuperación sostenida del empleo.
Vinculan la compleja situación del mercado de trabajo al estancamiento del Producto Interno Bruto como consecuencia de las medidas de austeridad aplicadas en la Eurozona para intentar contener el incremento del déficit y la deuda pública.
El alza del desempleo y el deterioro de la confianza de los consumidores, están entre las consecuencias más visibles de las medidas impuestas a la población.
El Consejo económico, social y medioambiental de Francia remarcó recientemente que disminuir el desempleo y relanzar un crecimiento sostenible, deben constituir los objetivos centrales de las políticas macroeconómicas.
En un reporte divulgado sobre el tema, ese organismo estatal señaló que la frágil recuperación experimentada por la nación gala se basa principalmente en factores externos ya que las medidas adoptadas internamente no han dado frutos.
Por ello, el Consejo recomendó una evaluación completa de las políticas de lucha contra la desocupación.
Aspectos como el número de plazas creadas, la sostenibilidad de estos puestos de trabajo, los costos para las finanzas públicas, el impacto en la competitividad y el comercio exterior, debe tenerse en cuenta al realizar los análisis, remarcó.
También insistió en la importancia de implementar mecanismos más justos de reparto y favorecer el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas, así como de las muy pequeñas.
Sin embargo, pese a las reiteradas recomendaciones provenientes desde diferentes voces, hasta el momento el gobierno se ha resistido a cambiar el rumbo de su política laboral muchas veces criticada por favorecer a las empresas en detrimento de los trabajadores.
El mandatario francés, François Hollande, reiteró que se presentará como candidato a las elecciones presidenciales de 2017, si logra una disminución creíble del paro, lo cual fue una de sus promesas de campaña.
Mientras, el poder adquisitivo de las personas disminuye y crece la incertidumbre a causa de la falta de medidas efectivas que logren combatir una de las pesadillas que más les quita el sueño a muchos.
Las cifras más recientes se conocieron ayer y resultaron poco halagüeñas. El Ministerio de Trabajo reportó que las demandas de empleo subieron en agosto 0,6 por ciento en Francia metropolitana (parte continental más la isla de Córcega), con lo cual la cifra de parados se ubicó en 3,57 millones.
El número representa un alza de 20.000 desocupados con relación a lo registrado en julio. En la comparación interanual, la cantidad de cesantes trepó en 4,6 puntos, precisó.
La entidad subrayó que si se incluye a los ciudadanos de los territorios de ultramar, el número total de demandantes de empleo en todas las categorías (jornada parcial o completa), llegó a 5,72 millones.
Analistas señalan que algunos de los principales desafíos del Ejecutivo corresponden al área económica, concretamente al apartado laboral (paro en torno el 10 por ciento) y al del crecimiento, aún insuficiente para lograr una recuperación sostenida del empleo.
Vinculan la compleja situación del mercado de trabajo al estancamiento del Producto Interno Bruto como consecuencia de las medidas de austeridad aplicadas en la Eurozona para intentar contener el incremento del déficit y la deuda pública.
El alza del desempleo y el deterioro de la confianza de los consumidores, están entre las consecuencias más visibles de las medidas impuestas a la población.
El Consejo económico, social y medioambiental de Francia remarcó recientemente que disminuir el desempleo y relanzar un crecimiento sostenible, deben constituir los objetivos centrales de las políticas macroeconómicas.
En un reporte divulgado sobre el tema, ese organismo estatal señaló que la frágil recuperación experimentada por la nación gala se basa principalmente en factores externos ya que las medidas adoptadas internamente no han dado frutos.
Por ello, el Consejo recomendó una evaluación completa de las políticas de lucha contra la desocupación.
Aspectos como el número de plazas creadas, la sostenibilidad de estos puestos de trabajo, los costos para las finanzas públicas, el impacto en la competitividad y el comercio exterior, debe tenerse en cuenta al realizar los análisis, remarcó.
También insistió en la importancia de implementar mecanismos más justos de reparto y favorecer el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas, así como de las muy pequeñas.
Sin embargo, pese a las reiteradas recomendaciones provenientes desde diferentes voces, hasta el momento el gobierno se ha resistido a cambiar el rumbo de su política laboral muchas veces criticada por favorecer a las empresas en detrimento de los trabajadores.
El mandatario francés, François Hollande, reiteró que se presentará como candidato a las elecciones presidenciales de 2017, si logra una disminución creíble del paro, lo cual fue una de sus promesas de campaña.
Mientras, el poder adquisitivo de las personas disminuye y crece la incertidumbre a causa de la falta de medidas efectivas que logren combatir una de las pesadillas que más les quita el sueño a muchos.
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