ATENAS.- Tras las elecciones del domingo,
los griegos esperan recuperar la estabilidad política y terminar rápido
con el control de capitales vigente desde finales de junio, que ha
paralizado todavía más una economía ya de por sí muy debilitada.
Los
comicios de este 20 de septiembre, en los que los últimos sondeos le
dan una ligera ventaja a los izquierdistas de Syriza sobre los
conservadores de Nueva Democracia, serán la quinta cita con las urnas en
seis años.
Se celebrarán cuando sigue vigente el control de
capitales instaurado para proteger el sistema bancario griego del pánico
que sacudió el país ante la convocatoria del referéndum del 5 de julio,
en un momento en que la salida del euro era un riesgo real.
Desde
el 29 de junio, los griegos sólo pueden retirar un máximo semanal de
420 euros por persona del cajero automático. Los giros al extranjero no
están autorizados, salvo para cubrir gastos médicos, estudios y viajes.
Igualmente,
como parte de esos controles, las empresas con cuentas bancarias
griegas no pueden efectuar libremente transferencias al extranjero. Para
pagar a los proveedores o al personal de otros países, dentro de unos
límites establecidos, deben hacer una solicitud a una comisión bancaria.
En agosto, el plazo de respuesta a estas solicitudes era de media de 18
días.
"Todas las empresas que pueden han abierto, como nosotros,
cuentas en el extranjero para facilitar sus transacciones", comenta
Christos Papadimitriou, directivo de la empresa familial homónima, con
sede en Kalamata (sur) y que exporta vinagre balsámico a unos treinta
países. "Para aquellas que no han podido, y para las que importan muchas
materias primas, la situación sigue siendo muy difícil", añade. "Yo
conozco empresas a las que no le han respondido desde hace más de un
mes. Al principio, salimos adelante pidiendo a los clientes que nos
debían dinero que pagaran directamente a los proveedores, a los que no
podíamos girarle el dinero", explica Papadimitriou.
El volumen de
negocio del comercio al por menor bajó un 12,7% en junio, julio y agosto
en comparación con el año pasado, según la Unión de Comerciantes, que
atribuye la caída al control de capitales. Las importaciones, por su
lado, retrocedieron en julio un 32% respecto al mismo mes de 2014.
"La
única novedad que ha traído Syriza es el control de capitales", dijo
irónicamente el líder de la oposición de derechas, Evangelos Meimarakis,
en su último mitin de campaña, el jueves por la noche.
La novedad
propiciada por este control de capitales en cualquier caso es que los
pagos con tarjeta en las tiendas han aumentado un 44%, según la Unión de
Comerciantes. Además, el número de tarjetas de crédito emitidas entre
finales de junio y principios de agosto superó el millón, en un país
acostumbrado tradicionalmente al manejo de dinero en efectivo.
En
los comicios adelantados del domingo, cerca de 10 millones de griegos
están llamados a decidir si renuevan en el poder al izquierdista Alexis
Tsipras. El líder de Syriza pidió el viernes en el mitin de cierre de
campaña un "mandato para formar un gobierno estable y fuerte", capaz de
aguantar toda la legislatura, cuatro años.
En caso de repetir la
victoria del 25 de enero, Tsipras se ha comprometido a aplicar los
ajustes aparejados a un tercer plan de rescate internacional de 86.000
millones de euros, al igual que su principal rival, el conservador
Evangelos Meimarakis, líder de Nueva Democracia.
Meimarakis pidió
este sábado a los electores que no vuelvan a elegir a Tsipras, cuyos
siete meses en el gobierno fueron, según él, "un experimento que salió
caro".
"¿Conocen a algún otro primer ministro que haya cerrado un
acuerdo, lo haya traído al parlamento, lo haya votado y firmado y luego
diga que no cree en él?", se preguntó el líder conservador en una
entrevista en el diario To Vima. "Me temo que si Syriza sale elegido",
el "país se vea abocado de nuevo a unas elecciones, y eso sería
desastroso", apostilló Meimarakis.
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