sábado, 5 de septiembre de 2015

La corriente vendedora en los mercados aún no llega a su momento decisivo

LONDRES.- A pesar de la brutal corriente vendedora de activos financieros de la semana pasada y de que la volatilidad alcanzó niveles que no se veían desde la crisis financiera de 2008-2009, las predicciones de un derrumbe sistémico en los mercados han sido hasta ahora erróneas.

Tras seis años de fuertes presiones por parte del sector financiero para advertir de las consecuencias no previstas de reprimir la asunción riesgos tras la crisis, especialmente en los negocios extrabursátiles con bonos, los mercados hasta ahora han sido capaces de resistir una serie de sacudidas cortas y fuertes al sistema.
Los movimientos de la semana pasada no fueron nimios. El índice de las principales acciones de Estados Unidos sufrió la mayor caída intradiaria de la que se tenga registro y China se vio enfrentada a la mayor corriente vendedora desde 2007.
El índice VIX (.VIX), que mide de la volatilidad de los mercados, volvió a los niveles de la crisis financiera.
Incluso instrumentos líquidos confiables de los mercados bursátiles como los fondos negociables (ETF) fueron arrastrados por la tormenta perfecta de poca liquidez en verano, efectos de arrastre por estrategias informáticas y los temores a la desaceleración en China.
Tanto así, que los reguladores estadounidenses y de los mercados bursátiles están revisando de nuevo las reglas diseñadas para que la negociación sea ordenada.
A pesar de las dificultades por las sacudidas de los meses recientes, las advertencias del peligro de un choque por escasez de liquidez de inversores como Carl Icahn, el gurú de los bonos Bill Gross y el jefe del regulador de valores de Estados Unidos parecen prematuras, según inversores y analistas.
"No veo que nos estemos encaminando a un evento catastrófico de liquidez", dijo Philip Poole, jefe de investigación de Deutsche Asset & Wealth Management.
"Pero es verdad que la liquidez ha bajado".
Los inversores se están acostumbrando a los shocks en el sistema bajo una nueva normalidad con mercados fragmentados, herramientas de inversión en índices pasivos muy populares y un auge de los precios de los activos tras años de apoyo de dinero barato de los bancos centrales.
"Las pequeñas crisis en el mercado parecen ser la nueva norma (...) La gente parece tomarlo como un defecto que puede tolerar", dijo David Weiss, analista senior de Aite Group.
"Pero (...) ¿qué tantos defectos pueden tolerar?"
Si bien los años de abundancia de efectivo de los bancos centrales han ayudado, el Banco Internacional de Pagos ha advertido que la persistencia de unos tipos de interés tan bajos supone riesgos crecientes para la estabilidad financiera y el crecimiento económico.
"Los riesgos de cambios en las condiciones generales de liquidez son reales, lo que justifica una reducción significativa de la exposición a todas las clases de activos", dijo Didier Saint-Georges, director gerente de Carmignac, en una nota a clientes.
Sin embargo, lo que sorprende de la reciente caída en los mercados es que los inversores se han mostrado dispuesto para volver a entrar.
Pese a factores estructurales como las transacciones programadas que siguen tendencias y la falta de liquidez que exacerban las ventas, han vuelto las apuestas a que el mundo sigue creciendo y que los bancos centrales mantendrán su apoyo a los mercados.
Cuando no haya una vuelta a los mercado es cuando la música dejará de sonar, dijo Stephen Jefferies, jefe de monedas y mercados emergentes de J.P.Morgan.
Pero por ahora los mercados están superando los obstáculos y no sufriendo un colapso sistémico.

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