ATENAS.- Con una deflación atrincherada,
una base industrial en declive y un difícil rescate que cumplir, la
economía de Grecia se encamina a otra caída en medio de un escenario en
el que incluso aquellos que tienen trabajo son más pobres que nunca
desde 2001.
Debido a ese sombrío panorama, los líderes de los
principales partidos, en campaña para lo que parecerían ser unas reñidas
elecciones el 20 de septiembre, han usado la economía sólo como un arma
política.
Alexis Tsipras, ex primer ministro y líder del partido
de izquierda Syriza, prometió luchar para mejorar los términos del
tercer rescate griego que aceptó a regañadientes en julio y admitió que
afectará a la economía.
Su principal rival, el conservador Vangelis Meimarakis,
del partido Nueva Democracia, culpó al ex primer ministro por llevar la
economía hacia una nueva recesión, una táctica que dio impulso a sus
niveles de aprobación en los sondeos de opinión.
Pero ambos candidatos han estado empatados en las
encuestas, lo que sugiere que los votantes tienen poca esperanza de una
mejora sin importar quién gane.
La economía se expandió un 0,9 por ciento entre abril y
junio, el único trimestre completo del Gobierno de Tsipras, mientras
que el gasto del consumidor y las exportaciones subieron.
Pero los economistas dicen que el Producto Interior Bruto (PIB) se revertirá en breve.
"Esperamos que la economía caiga (este año) un poco
menos del 2 por ciento", dijo Angelos Tsakanikas, economista del grupo
IOBE el miércoles, después de que los datos mostraran que la producción
industrial cayó por segundo mes consecutivo en julio y agosto fue en la
medida interanual el mes 30 seguido de deflación.
Entre otros factores que afectan al crecimiento figuran
los controles de capital, impuestos en julio cuando los bancos
estuvieron cerrados por una semana, y el rescate por 86.000 millones de
euros implicará nuevos impuestos y recortes de las jubilaciones.
Tras un crecimiento mínimo en el tercer trimestre,
Tsakanikas espera que la economía se contraiga nuevamente en el cuarto y
se verán nuevas caídas para 2016.
Eso señala un regreso a un período de recesión como la
que afectó al país entre 2008 y 2014 y es un mal augurio para una tasa
de desempleo que, con un 25 por ciento en mayo, ya es la más alta en
Europa.
"No hay creación de empleo (...) La tasa de
desocupación aumentará cuando desaparezca el impulso temporal por el
turismo", dijo Tsakanikas, quien predijo un aumento a un 28 por ciento.
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