sábado, 5 de septiembre de 2015

Los países del G-20 tienen un déficit de 50 millones de empleos

ANKARA.- La tasa de desempleo de los países del G-20, que permanece elevada en un 5,8 por ciento, representa un déficit estimado de 50 millones de empleos en relación con el comienzo de la crisis, apunta un informe de la OIT

 El texto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de conjunto con la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económico y el Banco Mundial, afirma que la debilidad de la recuperación económica agobia los mercados laborales de las 20 naciones industrializadas y emergentes (G-20).

También precisa que el contexto actual de débil crecimiento económico e insuficiente creación de empleo en esos países muestra un ciclo de escaso incremento de salarios y de ingresos, que se retroalimenta y genera falta de confianza y de inversiones de las empresas.

Presentado en una reunión del G-20 sobre el tema, que sesionó este jueves y viernes en la capital turca, el documento señala que esas economías registraron un crecimiento promedio de 3,2 por ciento a lo largo de los tres últimos años, frente a 4,1 por ciento entre 2000 y 2007.

Junto con ese comportamiento el índice de desocupación -que aumentó de 5,1 a seis por ciento entre 2007 y 2009 - permaneció elevado, en 5,8 por ciento durante 2014.

Al mismo tiempo el aumento de los salarios experimentó una desaceleración significativa que, unida al déficit de trabajo, provocó una disminución de la participación del mercado laboral en la renta nacional y un incremento de las desigualdades en la mayoría de los miembros del G-20.

En el evento el director general de la OIT, Guy Ryder, significó que la persistencia del déficit de empleos decentes perjudica la recuperación, en tanto el crecimiento económico en sí mismo es demasiado débil para generar empleos suficientes.

Según Ryder, el desafío del trabajo no está relacionado solamente con la cantidad, sino también con la calidad de los mismos, ya que en numerosos países del G-20 la mayoría de los puestos creados hasta 2014 fueron a tiempo parcial, con salarios medios inferiores, niveles más bajos de seguridad y una escasa cobertura de protección social.

Ese año, en las economías emergentes del G-20, el 51 por ciento de los trabajadores estaban en empleos vulnerables (por cuenta propia o familiares no remunerados), con una tendencia hacia la informalidad, los salarios bajos y la escasa productividad, lo cual constituye un desafío constante y persistente dentro del bloque, señala el informe.

Ryder precisó la necesidad de adoptar un enfoque global y multisectorial para revertir el actual círculo vicioso que asocia el lento crecimiento, la frágil creación de empleo, el crecimiento deficiente de los salarios y de los ingresos y las inversiones insuficientes.

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