LISBOA.- El Tesoro luso colocó esta semana en el mercado 3.000 millones de euros en
obligaciones a siete años a través de una emisión sindicada, de los que más
del 90 % quedaron en manos de inversores internacionales.
Según
los datos divulgados por la Agencia de Gestión de la Tesorería y de la
Deuda Pública (IGCP), la operación cerró con un interés final del 2,24 %
y generó una demanda que superó 5.500 millones de euros.
Solo el
9,4 % del importe final se adjudicó a inversores portugueses, mientras
que el resto fue adquirido por extranjeros, principalmente del Reino
Unido (19,8 %); Alemania, Austria y Suiza (17,8 %); Francia, Italia y
España (15,1 %) y Escandinavia (14,2 %).
También participaron en la subasta inversores con sede en Norteamérica (9,2 %) y Oriente Medio (8,3 %).
Por
tipo de inversor, el 50,5 % quedó en manos de gestores de activos; el
41,8 % fue colocado entre bancos; el 5,8 % entre aseguradoras y fondos
de pensiones; el 1,2 % entre bancos centrales, y el 0,7 % en "hedge
funds" o fondos de cobertura.
La emisión fue colocada por BNP Paribas, JP Morgan, Morgan Stanley, Nomura y Novo Banco.
Aunque
el Tesoro luso reconoce que la operación se realizó con "condiciones de
mercado volátiles", destacó que con los resultados obtenidos "Portugal
demuestra un fuerte acceso a los mercados de capitales internacionales".
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