SEATTLE.- El presidente chino, Xi Jinping,
pidió mayor confianza y menos sospechas en la relación bilateral con
Estados Unidos, previo a un encuentro el viernes con el mandatario
Barack Obama en la Casa Blanca.
Su primer discurso el martes tras
arribar a Estados Unidos, en Seattle (oeste) ante empresarios, se
produjo en momentos en que un grupo de empresas chinas firmó un acuerdo
con a estadounidense Boeing para la compra de 300 aviones, según la agencia china Xinhua, que no especifica modelos ni el monto de la operación.
Asimismo,
la estatal Corporación de Aviación Comercial de China firmó un acuerdo
con Boeing para abrir en el país asiático un "centro de terminación" de
su avión de medio alcance B737, agregó Xinhua.
Xi insistió en que
Pekín no quiere un conflicto con Estados Unidos, pese a las tensiones
entre ambos países en varias áreas. "Queremos ver un mejor entendimiento
y confianza y menos distanciamiento y sospechas", dijo Xi, enfatizando
en la necesidad de una mayor comprensión de las "intenciones
estratégicas" del otro. "Si se entrara en un conflicto y confrontación,
eso llevaría al desastre para ambos países y, por ende, para el mundo",
sostuvo el mandatario.
Xi fue presentado a su auditorio por el
exsecretario de Estado Henry Kissinger, artífice del acercamiento entre
Washington y Pekín en 1971, y quien calificó al mandatario chino como el
hombre capaz de llevar la relación a un nuevo nivel.
Xi,
que deberá tratar temas candentes con la administración Obama, como la
creciente presencia de Pekín en el mar de China Meridional, los ataques
de piratas informáticos o las acusaciones de prácticas comerciales
desleales contra inversores estadounidenses en su país, buscó
tranquilizar a los empresarios, subrayando que China es una fuerza
positiva en la economía global y está avanzando en reformas.
Prometió
tratar a los inversores estadounidenses en China de forma justa y
combatir el cibercrimen. "Abordaremos las preocupaciones legítimas de
los inversores extranjeros", aseveró. "Respetamos las normas
empresariales internacionales de no discriminación", indicó a una
audiencia que incluía a directores de empresas como Boeing, Amazon,
DuPont, IBM o Microsoft, todos con fuertes negocios con China.
En
cuanto a la piratería informática, manifestó que "China es una
ferviente defensora de la ciberseguridad" y dijo estar preparado para
establecer un "mecanismo conjunto de diálogo de alto nivel" con Estados
Unidos para combatir el problema. "El gobierno chino no se involucrará
en ningún robo comercial de ningún tipo ni alentará o respaldará
intentos de este tipo", aseguró.
Asimismo, sugirió que las
amenazas de aplicar sanciones contra funcionarios chinos por presunta
piratería informático estaban fuera de lugar y que el cibercrimen debe
ser perseguido "de acuerdo a la ley".
Xi
enfatizó también que la desaceleración china es temporal. "Actualmente,
todas las economías afrontan dificultades y nuestra economía también
está bajo presión", indicó Xi, asegurando que "el mercado de valores
chino ha alcanzado una fase en la que se recupera y ajusta por sí
mismo".
Asimismo, explicó que ya no depreciará el yuan únicamente
para sostener las exportaciones chinas. "Estamos en contra de la
depreciación competitiva o de una guerra de divisas. No bajaremos la
tasa de cambio del yuan para sostener las exportaciones", señaló.
El
presidente Xi, que vivió en EEUU hace varias décadas, pasará dos días
en Seattle reuniéndose con gobernadores de Estados que mantienen un
intercambio comercial o inversiones fuertes con China, y con miembros de
las propias empresas. Este miércoles visitará las sedes de Boeing y
Microsoft, así como un centro educativo de Seattle. Todas estas
reuniones busca demostrar que Estados Unidos lo considera un
interlocutor comercial serio, pero también enviar a Washington el
mensaje de que las empresas estadounidenses necesitan a China.
Xi
citó además la lucha contra la corrupción que lleva adelante su gobierno
y señaló directamente a Estados Unidos por permitir a chinos buscados
por ese delito esconderse en su territorio. Reclamó la cooperación de
Washington "para que se rechace dar refugio en el extranjero a los
elementos corruptos".
El tema de los
derechos humanos también está sobre la mesa, sobre todo por un proyecto
de ley que restringe de manera severa las actividades de ONG extranjeras
en el país.
Sobre eso, Xi aseguró que el país protegerá a las
organizaciones cuyas actividades "sean beneficiosas para el pueblo
chino", pero también enfatizó que deben obedecer la ley de su país.
La
consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice, recibió el martes en la
Casa Blanca a representantes de universidades, empresas y grupos de
derechos humanos preocupados por el proyecto.
"El proyecto de ley
haría más estrecho el espacio para la sociedad civil en China", dijo la
Casa Blanca en un comunicado difundido horas después de que el líder
chino aterrizara en Estados Unidos.
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