sábado, 3 de octubre de 2015

Elecciones en Portugal: favorito premier conservador

LISBOA.- Al cabo de tres años en las que sufrió el impacto de un drástico plan anti-crisis, y de un tímido repunte económico en los últimos meses, Portugal irá mañana domingo a las urnas para las elecciones legislativas en las que el premier Pedro Passos Coelho, al frente de una coalición de centro-derecha, es el favorito.

    Según el último sondeo difundido por el instituto Intercampus, el premier supera a los socialistas liderados por Antonio Costa: la coalición de centro-derecha integrada por el PSD (Partido Social Demócrata) y CDS (Centro Democrático Social), y encabezada por Passo Coelho y por el vicepremier Paolo Portas, tiene el 38% de los votos frente al 32% de Costa.
   Las otras dos formaciones que están a la izquierda de los socialistas -los comunistas-verdes del CDU y el Bloco de Esquerda, sostenido por el partido español Podemos- está por debajo del 10%. Todo indica por lo tanto que el próximo jefe de gobierno de país debeía ser Passos Coelho.
    Muy difícilmente alguno de los dos frentes logrará de todos modos alcanzar por otra parte la mayoría absoluta en el Parlamento. En tal caso, la formación del nuevo gobierno será un proceso muy difícil. Habrá que ver por lo tanto si será posible el nacimiento de nuevas coaliciones.
    "Atención, si la izquierda vuelve al poder, el país entrará de nuevo en crisis", advirtió en un contundente mensaje Passo Coelho, cuya coalición se mantuvo por meses al mismo nivel que el de los socialistas.
    En los últimos tiempos, el frente conservador logró sin embargo superar a los socialistas -siempre según los sondeos- a raíz del mejoramiento de la economía y sobre todo por la salida de la cárcel, tras diez meses de prisión, el ex premier socialista, José Sócrates, acusado de corrupción.
    El "factor Sócrates" fue clave para la bajada socialita, coinciden diferentes analistas portugueses.
    En el único debate televisivo organizado entre Passo Coelho y Costa, el premier dejó de lado con mucha habilidad al tema corrupción y puso en cambio en evidencia la pésima situación económica en la que Sócrates dejó el poder en el 2011.
    En esos meses, Lisboa tuvo que aceptar un plan de salvataje financiero por 78.000 millones de euros, además de las drásticas indicaciones planteadas por la "troika" (UE, FMI, BCE) y una batería de medidas austeras muy duras.
    El resultado fue un empobrecimiento de las clases medias. Los sectores más vulnerables de la población debieron por otra parte recurrir a los comedores populares de organismos como Caritas, mientras que la emigración volvió a retomar el ritmo que tenía en los años '70: alrededor de 110.000 portugueses dejaron el país por año (cerca del 1% de la población).
    El gobierno lanzó por otra parte un plan de privatizaciones de diferentes empresas públicas, desde los correos y la electricidad hasta la compañía aérea TAP, además de la reducción en el personal de la pública administración.
    En el último año la economía repuntó: el desempleo bajó del 17,5% al 12,4% y el déficit fiscal del 9,8% del PBI en el 2010 al 3%. El país tiene por otra parte un crecimiento superior al promedio de la UE.
    Ninguno de los dos frentes -los conservadores y los socialistas- ponen por otra parte en discusión el tema de la austeridad: Passos Coelho prometió reducirla al ritmo del mejoramiento de la economía, Costa se comprometió con hacer algo más.
    Sin embargo, los sondeos parecen confirmar que los portugueses prefieren seguir moviéndose en un terreno conocido que afrontar nuevas recetas económicas, con el riesgo del volver al reciente pasado.

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