PANAMÁ.- El Canal de Panamá ampliado superó
las primeras pruebas y estará listo para 2016, pese a las dificultades
que ha atravesado el consorcio que adelanta los trabajos y las fisuras
aparecidas en uno de sus muros, que despertaron dudas sobre la
durabilidad del proyecto.
Las obras "han entrado en una fase de
cuenta atrás. El 95% de los trabajos han concluido y las pruebas de las
estructuras y la instalación de sistemas han traído resultados óptimos
en todos los sectores", indicó el martes el consorcio Grupo Unidos por
el Canal (GUPC).
Según GUPC, integrado por la española Sacyr, la
italiana Salini Impregilio, la belga Jan de Nul y la panameña
Constructora Urbana, las 16 compuertas de las nuevas esclusas han
respondido "positivamente" a todas las pruebas electromecánicas. Además,
la alineación, sincronización y los sellos hidraúlicos de estas
gigantescas infraestructuras, de 3.300 toneladas de promedio, han pasado
también "las pruebas más severas".
De acuerdo con el consorcio,
las pruebas continuarán al menos durante tres meses antes de empezar las
prácticas con barcos, para inaugurar finalmente la ruta en abril de
2016, año y medio más tarde de lo previsto originalmente.
El
administrador del Canal, Jorge Quijano, dijo que está
"claro" que GUPC "se ha comprometido a cumplir con todos los
requerimientos del contrato" y a tener lista la nueva vía "en abril del
próximo año".
El anuncio de
las primeras pruebas se produce varias semanas después que saltaran las
alarmas tras la aparición de fisuras por donde se filtraba el agua en
un muro de la nueva esclusa de Cocolí, en el lado Pacífico.
Según
Quijano, GUPC le había informado de que las fisuras de debieron a fallos
en el quicio (escalón) número 3 de las esclusas de Cocolí. Esos fallos
se produjeron por una insuficiencia de refuerzos de acero, pero GUPC
confirmó que trabaja para solventar esas fisuras con refuerzos
adicionales.
"Desde el punto de vista técnico, estas fisuras no
deben retrasar la entrega de las nuevas esclusas porque todo se ha
producido durante un período de pruebas extremas", dijo Olmedo
García, director del Instituto del Canal de Panamá, adscrito a la
estatal Universidad de Panamá. "Tras las fisuras, una comisión
independiente revisó lo ocurrido y se llegó a la conclusión de que no
fue tan grave. Las esclusas son fiables para un período de 100 años", el
plazo previsto por las autoridades panameñas, añadió García.
Para
la presidenta de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos,
Djurdjica Kuntich, "todo es posible" en cuanto a la durabilidad final de
la ampliación, pero consideró que es responsabilidad de GUPC
"garantizar que el proyecto dure el tiempo estipulado en el contrato".
El
Canal de Panamá se encuentra en fase de ampliación desde 2007 para que
buques de hasta 14.000 contenedores -el triple de carga de su capacidad
actual- puedan atravesar la vía de 80 kilómetros. El proyecto, estimado
en 5.250 millones de dólares, consiste en la construcción de un tercer
carril, con un nuevo juego de esclusas, una en el Pacífico y otra en el
Caribe, además de otros acondicionamientos en la ruta.
GUPC ofertó
el diseño y construcción de las esclusas por 3.118 millones, 363
millones inferior a lo presupuestado por la ACP y más de mil millones
inferior a su inmediato competidor.
- Una historia de disputas -
Sin
embargo, la ampliación acumula un año de retraso y su coste final es
una incógnita debido a las continuas disputas entre la Autoridad del
Canal y GUPC, que ha realizado múltiples reclamaciones por al menos
2.390 millones de dólares en sobrecostes.
En marzo de este año, la
ACP y el consorcio pidieron someter a un arbitraje internacional sus
disputas millonarias por la calidad del cemento usado en la obra.
En 2013, la tensión llegó al máximo cuando el consorcio detuvo la obra
durante 15 días por falta de flujo de caja. En aquel entonces, GUPC
reclamaba a la ACP 1.600 millones de dólares por sobrecostes, lo que fue
negado por la autoridad canalera.
La detención de las obras
encendió las luces rojas en la comunidad internacional por temor a
perder las multimillonarias inversiones realizadas en puertos de Estados
Unidos y el Caribe para dar cabida a los nuevos gigantes que pasarán
por Panamá.
Tras duras negociaciones, el consorcio y ACP acordaron
inyectarle dinero a una obra que también ha sufrido los embates de al
menos tres huelgas obreras, que paralizaron el proyecto por demandas
laborales.
Con el Canal ampliado, Panamá espera triplicar en una
década los 1.000 millones de dólares que recibe anualmente por el cobro
de peajes.
Un 5% del comercio marítimo mundial pasa por esta vía, cuyos principales usuarios son Estados Unidos, China y Chile.
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