WASHINGTON.- Tras una década de crecimiento,
América Latina, y particularmente el prominente Brasil, refleja hoy las
debilidades de las economías emergentes siempre dependientes de los
precios de materias primas que ahora se hunden.
El Fondo Monetario
Internacional (FMI) realizará la semana entrante en Lima su asamblea
general junto al Banco Mundial (BM) con la presencia de ministros de
Economía y presidentes de bancos centrales de todo el planeta.
A
la asamblea "América Latina llega en una situación vulnerable, delicada:
desaceleración económica, inflación creciente y devaluación creciente, y
con el riesgo de volver a la situación de pobreza a una clase media
vulnerable", explicó el economista y exministro de Trabajo
peruano Jorge González Izquierdo
Tras beneficiarse con el "boom"
de los "commodities", muchos de los países de la región fortalecieron
sus ingresos, sus monedas y su PIB.
Algunos ahorraron pero otros,
según analistas, privilegiaron el gasto. Y hoy que sus principales
compradores, como China, les compran menos y a menor precio aparecen las
dificultades.
"El gran problema de América Latina es que hace
poco cuando tiene los recursos. Sólo actúa cuando están en crisis",
explicó el economista para América Latina de la consultora
4CAST, en Washington, Pedro Tuesta.
Los más expuestos son los exportadores de petróleo, a 45 dólares el barril, una caída del 50% de su valor desde 2013.
"En
Latinoamérica, como en ninguna otra región del mundo, tenemos países
que pierden: los productores y exportadores de petróleo como Venezuela,
Ecuador, México o Colombia", dijo Alejandro Werner, jefe del
departamento América Latina del FMI.
En algunos casos, los ajustes inciden en programas sociales.
En
Venezuela, el presidente Nicolás Maduro ha hablado de revisar el gasto
público sin tocar el gasto social. No obstante, continúa aprobando
créditos para gasto público, con emisión de dinero inorgánico, explicó
Anabella Abadi, de la privada ODH Grupo Consultor.
"Esto genera
fuertes presiones inflacionarias (...)", agrega Abadi, y recuerda que
Venezuela es, por tercer año consecutivo, el país más inflacionario del
mundo.
Por otro lado, varios países sufren por la debilidad de
China, cuya voracidad de materias primas explica buena parte de la
prosperidad latinoamericana.
Brasil, séptima economía mundial y
otrora estrella de los emergentes, entró en recesión en el segundo
trimestre y se espera que su PIB se contraiga este año y el que viene.
En
ese contexto, Brasil acumula la pérdida del grado inversor de la
agencia S&P, la depreciación de su moneda a valores de hace 12 años,
escándalos de corrupción, protestas contra los intentos de austeridad y
descontento con la presidenta Dilma Rousseff, cuya popularidad es de
apenas 10% tras menos de diez meses de iniciar su segundo mandato de
cuatro años.
"La mayoría de problemas en Brasil son domésticos, no
externos", agregó el economista Alberto Ramos, responsable
para Latinoamérica en Goldman Sachs.
"Perú,
Colombia, o Chile, son resilientes pero no inmunes, porque se están
desacelerando y dependientes de materias primas. México también resiste
bien porque está menos conectado a China y más a Estados Unidos", ya en
recuperación, comentó Ramos de Goldman Sachs.
Chile, el mayor
productor mundial de cobre, tiene a China como su principal socio
comercial y ya siente la crisis. La cuprífera estatal Codelco y minas
Collahuasi han anunciado ajustes en planillas y producción.
"No
hay mucho por hacer en el corto plazo. Países como Perú pueden accionar
un gasto fiscal expansivo", dice González, debido a que cuentan con
reservas internacionales a las que recurrir, además de bajar las tasas
de interés.
Bolivia, pese a que exporta menos, crece 5%, mejor que
sus vecinos, con una inflación contenida por oferta alimenticia interna
y una economía, aunque controlada por el Estado, no reticente a la
inversión externa.
El eterno desafío de
América Latina es dejar de ser extremadamente dependiente de las
materias primas. "Deben impulsar una transición hacia un nuevo modelo de
crecimiento que se apoye menos en las materias primas y más en otros
sectores de la economía, como productividad e inversiones", dijo Werner,
del FMI.
Destacó, además, que en este escenario de bajos precios
del petróleo, importadores como las naciones pobres centroamericanas y
del Caribe compran a un menor costo.
Un desafío adicional para la
región vendrá cuando Estados Unidos suba sus tasas de interés, dando un
nuevo golpe a las monedas emergentes.
"Ante la subida de tasas,
los capitales tratarían de ir a Estados Unidos y abandonarían países
como Colombia", acentuando la devaluación de monedas como el peso
colombiano, dijo Giovanni Reyes, profesor de la Universidad del Rosario.
Esa será otra historia.
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