WASHINGTON.- Los campesinos más pobres son cada
vez más vulnerables ante el fenómeno de El Niño, las sequías o las
lluvias torrenciales: nuevas formas de seguros, con la asistencia de
potentes satélites y ordenadores, emergen para ayudar a protegerlos.
Tradicionalmente,
cuando se produce un siniestro, un experto es enviado al lugar para
evaluar daños. Algo que puede ser muy caro, si se trata de alejadas
zonas de un país en vías de desarrollo.
El seguro "indicial" o
"paramétrico" genera en cambio automáticamente una indemnización cuando
indicadores observados por estaciones meteorológicas o por satélites
--precipitaciones, temperaturas, etc-- superan un umbral fijado
previamente.
Así, los costes son reducidos, el proceso de
indemnización es más corto y la cotización a pagar es asequible. Ello
permite a los pequeños agricultores superar las dificultades y evitar el
endeudamiento, incluso la venta de sus bienes.
El seguro estimula
también la inversión, ya que los campesinos no dudan en invertir más en
abonos o simientes para garantizar un mejor rendimiento.
"De los
400 a 500 millones de agricultores potencialmente 'asegurables'
solamente 40 a 50 millones recurren al seguro", indica Gilles Galludec,
responsable del Programa global para el seguro indicial (GIIF)
gestionado por el Banco Mundial.
La mayor parte de estos
beneficiarios se hallan en grandes países emergentes, en India --donde
el Estado aporta importantes ayudas financieras--, en China, en Brasil o
en México.
Los proyectos se han multiplicado en los últimos 15
años. Algunos han adquirido importancia, como la experiencia lanzada en
Kenia en 2009 por la Fundación Syngenta, cinco años más tarde convertida
en la sociedad Acre (Agriculture and climate risk enterprise).
Gracias
a este organismo, más de 230.000 cultivadores de trigo, en Kenia y
Ruanda, están protegidos contra la sequía o los excesos de lluvia.
En promedio, los agricultores asegurados han invertido un 19% más en sus granjas y ganaron un 16% más que los no asegurados.
Para
los campesinos que descubren el principio del seguro "queríamos
productos simples acompañados por un mensaje simple" destaca Benjamin
Njenga, responsable de los analistas de Acre.
Entre sus
soluciones: un campesino compra un paquete de simientes en el que hay un
código transmitido a Acre, que puede geolocalizarlo. Si hay que pagar
una indemnización, recibe el pago directamente en su teléfono móvil para
la compra de un nuevo paquete.
Pero para algunos, pagar por un
seguro una cantidad, por pequeña que sea, puede ser problemático, por lo
que varios actores del sector tienen interés en subvencionar la prima
de seguro.
Al margen de las nuevas técnicas de comercialización,
los aseguradores deben encontrar la fórmula correcta para que los
índices meteorológicos se correspondan con la realidad de los
beneficiarios.
La reciente multiplicación de satélites ha
permitido reflejar con mayor precisión la situación en el terreno, en
comparación con lo hacían las estaciones meteorológicas, demasiado
dispersas o mal cuidadas.
Paralelamente, la creciente capacidad de
los ordenadores para tratar grandes cantidades de datos permite
explotar mejor las informaciones contenidas en estas imágenes.
Para
que el seguro "indicial" se extienda, sus promotores insisten en la
importancia del apoyo de los estados, que en Estados Unidos o en Europa
subvencionan de forma masiva estas pólizas de los agricultores.
Pero
esta protección no es una panacea, insisten estos promotores, porque se
produce únicamente en caso de desastre excepcional y, sobre todo, es
solamente un instrumento entre otros para luchar contra la pobreza y el
cambio climático.
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