BERLÍN.- Al menos 150.000
personas, 250.000 según los organizadores, marcharon hoy en Berlín para
protestar contra el tratado de libre comercio e inversiones entre la
Unión Europea y Estados Unidos (TTIP) y contra el acuerdo económico y
comercial con Canadá (CETA).
La manifestación, bajo el lema "Por un comercio mundial justo",
partió de la estación central de Berlín y recorrió las calles
principales de la capital alemana hasta la Columna de la Victoria,
pasando por el distrito gubernamental.
La marcha fue tan numerosas que miles de manifestantes todavía no
habían comenzado a caminar cuando la cabeza de la marcha ya había
llegado a su destino.
Nunca antes había salido tanta gente a las calles en Europa para protestar contra el TTIP, dijeron los organizadores.
La protesta, a la que unas 100.000 personas habían confirmado su
asistencia, fue convocada por organizaciones sociales, ecologistas,
sindicales y de protección al consumidor.
Los detractores de estos dos tratados comerciales temen un
debilitamiento de las normas europeas y un deterioro de los estándares
ecológicos y sociales y exigen poner fin a las negociaciones con Estados
Unidos y no ratificar el acuerdo alcanzado con Canadá.
Algunos de los participantes en la marcha iban disfrazados de
sepultureros que cargaban ataúdes con la inscripción "Estado social",
"Protección del medio ambiente" y "Democracia", mientras otros portaban
pancartas con eslóganes como "El TTIP nos convierte en esclavos".
Otro grupo de manifestantes portaba letras gigantes, una por persona, que juntas lanzaban el mensaje "Stop. TTIP. CETA".
Entre los oradores en la Columna de la Victoria se encontraba el
presidente de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB), Reiner
Hoffmann.
Los sindicatos no están en contra del comercio mundial ni rechazan la
globalización, señaló, pero "los frutos de la globalización siempre
están mal repartidos".
Agregó que el comercio mundial no puede funcionar sin derechos fuertes para los trabajadores.
"Uniendo nuestras fuerzas debemos evitar que los derechos de los
trabajadores se conviertan en un juguete a merced de la globalización
desenfrenada", declaró.
Mientras tanto, el vicecanciller y titular de Economía, Sigmar Gabriel, hizo campaña en varios diarios a favor de los acuerdos.
"El TTIP no es ni 'bueno' ni 'malo', sino que depende de lo que nosotros hagamos con él", escribe el ministro.
Según Gabriel, Europa tiene la oportunidad de participar en el diseño
de las reglas que regirán la globalización y en cuán "justas" y
"sostenibles" serán.
"Tenemos la oportunidad de sentar estándares nuevos y buenos a nivel
mundial para el creciente comercio global, estándares medioambientales y
de consumo ambiciosos y con condiciones justas para las inversiones y
para los trabajadores. Ese debe ser nuestro objetivo", agrega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario