TOKIO.- El Banco de Japón (BoJ) decidió este miércoles mantener sin cambios su política monetaria actual, incluso si el archipiélago ha registrado un retroceso de los precios al consumo en agosto por primera vez en más de dos años.
Los nueve
miembros del comité de política monetaria recondujeron, por ocho votos
contra uno, su programa de compra de activos, a razón de 80 billones de
yenes anuales (592.000 millones de euros, 667.000 millones de dólares).
Las
expectativas sobre un gesto del banco central se centran ahora en su
reunión del 30 de octubre, cuando la institución monetaria debe, según
los medios de comunicación, revisar negativamente sus previsiones de
crecimiento y de inflación.
"La economía japonesa continúa
recuperándose moderadamente", indicó la institución monetaria en un
comunicado casi idéntico al del mes de septiembre. "Las exportaciones y
la producción industrial se ven afectadas por la desaceleración de las
economías emergentes", especialmente de China, añade.
El BoJ
explicó además que el consumo de los hogares va bien "en un contexto de
mejora de las condiciones laborales y de los ingresos" y de la inversión
de las compañías.
El gobernador del banco central, Haruhiko
Kuroda, busca alcanzar un objetivo de inflación del 2% en 2016, una
cifra que los economistas estiman irreal, máxime cuando la evolución de
los precios oscila actualmente en torno a cero.
El Fondo Monetario
Internacional redujo el martes sus previsiones de crecimiento de Japón
en 2015 y 2016 e instó al gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, a
actuar para encarrilar la trayectoria de la deuda, que duplica el PIB
nacional, "basándose en hipótesis económicas realistas" y a lanzar
reformas estructurales.
Según las nuevas proyecciones, el Producto
Interior Bruto (PIB) de Japón crecerá un 0,6% este año y un 1% en 2016,
en ambos casos dos décimas menos que en las previsiones de abril. En
2014, la economía nipona se había contraído un 0,1%.
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