ROMA.- El gobierno italiano aprobó este
jueves un proyecto de presupuestos para el 2016, con medidas para el
crecimiento económico y planes para rebajar los impuestos y la deuda
pública.
"Es la primera vez desde el año 2007 que la deuda baja",
aseguró el primer ministro, Matteo Renzi, al ilustrar la ley ante la
prensa.
El proyecto debe ser aprobado por las autoridades europeas
debido a que implica medidas de "flexibilidad" que deben ser
supervisadas por las autoridades de la Unión Europea.
Dos días
después de la adopción de una inédita reforma del Senado que reduce
drásticamente las prerrogativas de esa entidad, el jefe de gobierno
ilustró la ley de presupuestos para el 2016, tras lo cual volará a
Bruselas para participar al consejo de jefes de Estado y de Gobierno de
la Unión Europea.
A pesar de la confianza que genera Renzi y su
ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, las cuentas de Italia serán
estudiadas con lupa.
El comisario europeo para Asuntos Económicos,
el francés Pierre Moscovici, manifestó por su parte su prudencia.
"Hemos tenido numerosas discusiones con las autoridades italianas y nos
hemos reunido al menos cuatro veces con Padoan", recordó.
El
ministro Padoan habló durante meses de su plan de equilibrar los
presupuestos con un mayor uso de las flexibilidades previstas por la
Comisión Europea para compensar las reformas estructurales y las
inversiones.
"A las autoridades europeas les hablaremos de los
costes que hemos tenido ante la ola de inmigrantes extraordinaria",
subrayó Renzi ante los periodistas. Es "totalmente legítimo" que Italia
solicite la flexibilidad debido a ese fenómeno, recordó el ministro en
un documento preparatorio. "Esperamos instrucciones técnicas de la
Comisión Europea", explicó durante la rueda de prensa.
La
ley prevé la supresión del impuesto sobre la vivienda propia e
introduce compensaciones para las empresas con el fin de impulsar el
empleo. Se estima que el gasto adicional será de unos 27 millones de
euros, los cuales serán cubiertos parcialmente con los recortes del
gasto público.
El presupuesto se basa en las previsiones de
crecimiento, el cual fue recientemente revisado al alza del 0,9% en el
2015 al 1,6% en 2016.
Entre las sorpresas introducidas a última
hora figura el aumento del límite para el pago en efectivo, que pasó de
1.000 a 3.000 euros. Se trata de "un pequeño paso" para "ayudar al
consumidor", dijo. Para algunos, es una medida que fomenta la economía
paralela, particularmente importante en Italia.
Otra posible
fuente de fricción será el déficit, ya que Italia asegura que lo
mantendrá dentro del margen que exige Europa (inferior o igual al 3% del
PIB), pero el mes pasado decidió frenar su descenso dejándolo al 2,2%
en 2016, frente al 1,8% inicialmente anunciado.
Roma prometió un
descenso, por primera vez en ocho años, de la deuda pública, ubicándola
en el 131,4% del PIB en 2016, frente al 132,8% del 2015. El objetivo es
llegar al 120% en 2019.
La deuda pública italiana en agosto era
de 2.184.700 millones de euros, según las cifras publicadas el miércoles
por el Banco de Italia, una de las más altas de Europa.
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