LIMA.- Reactivar el crecimiento y reunir
millones de dólares para combatir el cambio climático quedaron al tope
de la agenda de las deliberaciones de los líderes económicos mundiales
iniciadas el jueves en Lima.
En un país que está en la vanguardia
de la gastronomía mundial, la jefa del FMI Christine Lagarde instó a
ministros y presidentes de bancos centrales de 188 países a afrontar los
desafíos con la originalidad de la cocina peruana.
"La cocina
peruana es una combinación de prácticas óptimas de todo el mundo. Se
trata de refinar y modernizar recetas tradicionales, y de mejorarlas,
utilizando una variedad de ingredientes", dijo sonriente Lagarde ante la
prensa en la primera jornada de la asamblea anual del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
"El principal mensaje
que tengo para las autoridades mundiales es que tienen que aplicar las
recetas de la cocina peruana", insistió. "Tienen que examinar las
prácticas óptimas y poner al día las políticas para vigorizar el
crecimiento", añadió en el Museo de la Nación, un recinto fuertemente
custodiado en la capital de Perú.
La reunión se realiza en
Sudamérica después de 50 años y cuando América Latina está golpeada por
el desplome del precio de las materias primas -sus principales
exportaciones- y anotará una contracción económica de 0,3%.
Lagarde
pidió "crear una combinación de políticas, con un crecimiento más
sólido e inclusivo", cuando la economía mundial se desacelera,
arrastrada por China y América Latina, con una expansión global de sólo
un 3,1% para 2015.
"Muchos de los desafíos que tenemos no son sólo
de naturaleza monetaria, América Latina enfrenta un shock de materias
primas que realmente afecta el crecimiento", dijo el gobernador del
Banco de México, Agustín Carstens.
"La desaceleración representa
una amenaza para las conquistas sociales duramente ganadas (en América
Latina), y los países deben ahora adaptarse", dijo por su lado el
presidente del BM, Jim Yong Kim.
A dos
meses de la conferencia sobre el clima en París, los ministros de
Finanzas y banqueros centrales buscan cómo conseguir un fondo que atenúe
el cambio climático, en medio de sus debates sobre la salud de la
economía.
La ayuda financiera global a los países en desarrollo
que luchan contra el cambio climático alcanzó 62.000 millones de dólares
en 2014, más de la mitad de la meta de 100.000 millones fijada para
2020, anunció la OCDE, lo que permitirá limitar el calentamiento global a
2°C por encima del nivel de la era preindustrial, es decir de mediados
del siglo XIX.
La búsqueda de ingresos para completar este fondo
está en la agenda de los ministros de finanzas del G-20 que se realiza el
jueves y que emitirá el viernes un comunicado, en el que también se
espera una declaración que respalde las propuestas de la OCDE en la
lucha contra la evasión fiscal.
En esa lucha contra el
calentamiento global, Lagarde consideró el miércoles que es "el momento
adecuado para introducir un impuesto sobre el carbono", que le permitirá
"un colchón de seguridad" a las economías del mundo para próximas
crisis.
Francia no se opone, pero pide además una mayor
contribución de parte de los bancos de desarrollo, como el Banco
Mundial. El presidente de ese organismo, Jim Yong Kim, dijo que iba a
"ampliar su apoyo para satisfacer la creciente demanda de los países".
Para
el Banco Mundial "el mundo debe actuar ahora para poner un precio al
carbono y acabar con los subsidios a los combustibles fósiles".
En
ese contexto, ministros de 20 países vulnerables al cambio climático,
incluido Costa Rica, lanzaron este jueves en Lima el bloque V20 para
reunir recursos que les permitan combatir el impacto del calentamiento
global en sus territorios. Representan a cerca de 700 millones de
personas.
En tanto, el ministro de
Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, cuya economía es una de las más
atribuladas del continente, se refirió a la auditoria del país que
rechazó la rendición de cuentas del gobierno, por inconsistencias, un
escollo más en la gestión de Dilma Rousseff.
"Puede haber habido
una infracción con respecto a los préstamos que le está dando el sector
bancario al gobierno. En Europa también este ha sido un problema y se
resolvió", añadió.
Los ojos, además, están centrados en China, que
anotará su menor crecimiento en 25 años, a 6,5%,. La segunda mayor
economía del mundo, sin embargo, ha pedido calma y ha garantizado que
seguirá comprando los "commodities" de Latinoamérica.
En medio de
las discusiones económicas, el auditorio más lleno lo tuvo el actor
estadounidense Sean Penn, quien llegó a la cumbre para contar su trabajo
en la empobrecida Haití.
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