FRANCFORT.- El Banco Central Europeo (BCE) lleva a cabo una reflexión "sin tabúes" para enfrentar la tendencia
crónica a la baja de la inflación, afirmó el economista jefe de la
institución, Peter Praet.
"No hay tabúes", declaró Praet, en una
entrevista en su oficina de la sede del BCE en Fráncfort.
"Reflexionamos tanto sobre el nivel de los tipos de interés a corto
plazo como sobre nuestro programa de compras de activos, que impacta
sobre los tipos a largo plazo", agregó el funcionario belga, uno de los
seis miembros del directorio del BCE.
El presidente del BCE, Mario
Draghi, ya anunció el jueves pasado que la entidad emisora
"reexaminará" en diciembre su política monetaria. El anuncio alivió a
los mercados, preocupados por una inflación que sigue empecinadamente
baja y que incluso pasó a terreno negativo en septiembre (-0,1%), lejos
del nivel cercano al 2% que, según el BCE, aseguraría un crecimiento
económico equilibrado. "Haremos nuestra evaluación en diciembre, a la
luz de las nuevas proyecciones económicas" trimestrales, refrendó Praet.
El Consejo de Gobernadores del BCE "está decidido a sacar todas las conclusiones de su evaluación sobre la
orientación de la política monetaria. El presidente [Mario Draghi]
pidió a los equipos que reexaminen los instrumentos disponibles y que
lleven a cabo una reflexión en profundidad y con una visión de 360
grados", indicó.
El
BCE apuntala la economía de la zona euro con gigantescos préstamos de
interés casi nulo a los bancos y con un vasto programa de compra de
deuda pública y privada (de "flexibilización cuantitativa" o QE, por sus
siglas en inglés), de 60.000 millones de euros al mes, inicialmente
previsto hasta septiembre de 2016.
Pero Draghi ya se dijo
dispuesto a "flexibilizar" ese programa, aumentando los montos de compra
de activos o prolongando su duración.
El BCE también mantiene desde septiembre de 2014 su tasa de referencia en 0,05%, su mínimo histórico.
Entre
las medidas posibles figura una nueva baja de la tasa de depósito a 24
horas que el BCE ofrece a los bancos. Esa tasa ya es negativa (-0,20%) y
un nuevo recorte podría incitar a los bancos a poner en circulación ese
dinero, en lugar de dejarlo dormir en las arcas del BCE.
Pero al
sector bancario podrían disgustarle esas tentativas de forzarlo a asumir
mayores riesgos, admite Praet. "Estamos analizando nuestra propia
experiencia en ese campo y observamos las experiencias de otros países",
afirma.
Suiza y Suecia ya practican tasas de depósito negativas y
"el pacto sobre la economía es positivo", recalca. "Los bancos sienten
un impacto negativo en sus márgenes utilitarias, pero se benefician del
impacto positivo [de esa situación] sobre la economía en general",
asegura.
El BCE manifiesta
preocupación por el vigor y la persistencia de los factores que deprimen
los precios, como la caída de la cotización del petróleo o la
desaceleración de China.
Pero cuando se le pregunta si la política
actual contra la inflación sigue siendo eficaz, Praet responde: "En
materia de crédito, sí; en materia de condiciones de financiación, sí;
en materia económica, sí. Pero la transmisión de la dinámica de precios
es más lenta, sobre todo en un contexto de baja de los precios del
petróleo".
Según Praet, "el riesgo de deflación es ínfimo, pero el
riesgo de estancamiento en un régimen de crecimiento y de inflación
demasiado bajos es muy real" y se ve agravado por "un pesimismo rampante
en lo que hace a las inversiones".
Para contrarrestar esa
tendencia, el miembro del directorio del BCE llama a los gobiernos de la
zona euro a acelerar las reformas. "Comprometerse con las reformas
estructurales es una necesidad", argumenta.
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