PARÍS.- Líderes de la industria de
petróleo y gas lanzaron el viernes una ofensiva cordial para poner de
relieve la relevancia del sector en la lucha mundial contra el cambio
climático antes de la cumbre clave que se celebrará en París en la
última parte del año.
En una muestra de unidad sin precedentes, los primeros
ejecutivos de las principales petroleras europeas -entre ellos el de la
española Repsol, Josu Jon Imaz- estarán acompañados en una rueda de
prensa por los responsables de empresas públicas petroleras de Arabia
Saudí y México, que también prestarán apoyo a la iniciativa.
Los líderes de diez de las mayores empresas de petróleo
y gas del mundo pidieron el viernes que se alcance un acuerdo efectivo
en la cumbre de Naciones Unidas de diciembre sobre cambio climático,
reconociendo que las actuales emisiones con efecto invernadero no son
coherentes con el objetivo de limitar el calentamiento global a 2 grados
centígrados.
"Compartimos la ambición de un futuro que cumpla con el
objetivo de los 2 °C. Es un reto para toda la sociedad y estamos
comprometidos a cumplir con nuestra parte", dijeron en un comunicado
conjunto.
Las compañías se comprometieron a colaborar para
limitar las emisiones de sus refinerías pero no fijaron los objetivos
claros que exigían los críticos.
La postura conjunta en un momento en que todas estas
empresas luchan contra la fuerte caída del precio del petróleo también
pone de relieve una profunda ruptura con petroleras estadounidenses como
Exxon Mobil y Chevron, que se han quedado fuera de la iniciativa.
Los consejeros delegados de la francesa Total, las
británicas BP y BG Group, la italiana Eni, la noruega Statoil, la
española Repsol, Saudi Aramco y Pemex de nuevo pedirán una sistema
mundial para fijar los precios de las emisiones, lo que aseguran será un
incentivo económico para que el sector privado emplee fuentes de
energía más limpias y para que desarrolle nuevas tecnologías como la
captura y almacenamiento de carbono (CCS por sus siglas inglesas).
Además, volverán a instar a los gobiernos a dejar el
carbón y emplear el gas natural, menos contaminante, en centrales
eléctricas e industria pesada.
Para muchas de las empresas, se trata de una lucha por
el futuro del sector de petróleo y gas dentro del debate público, en un
momento en el que cada vez más organizaciones y políticos piden
minimizar el uso de combustibles fósiles en favor de energías renovables
como la eólica y la energía solar mientras buscan aislar a las
petroleras de los inversores.
"Independientemente de lo que piense la gente, seguimos
necesitando combustibles fósiles. Necesitamos abogar por el gas.
Necesitamos explicar a nuestros políticos que hay que fomentar el gas",
dijo Pouyanne.
"Los políticos no están convencidos en muchos países de
que el gas es parte de la solución del cambio climático. Nosotros en el
sector tenemos que decirlo alto".
La reunión se produce poco antes de que diplomáticos se
reúnan en Bonn a partir del lunes con motivo de la última sesión formal
antes de las conversaciones sobre el clima de París, donde negociadores
de casi 200 naciones se reunirán para intentar rubricar un acuredo
sobre el cambio climático global, diseñado para frenar el aumento de las
emisiones de gases de efecto invernadero.
La Agencia Internacional de Energía prevé que el
petróleo seguirá siendo la mayor fuente de energía en 2040, aunque su
cota se reducirá al tiempo que sube la de fuentes de energía renovable.
Todos los principales países emisores han presentado
planes a las Naciones Unidas que detallan cuánto planean reducir sus
emisiones.
Muchos miembros de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP), entre ellos el líder Arabia Saudí,
todavía tienen que presentar sus planes.
Para los ejecutivos del sector petrolero, los
compromisos de importantes países consumidores como China e India para
reducir el consumo de combustibles fósiles cristalizan la necesidad de
actuar.
El Banco Mundial estima que alrededor de 300 millones
de toneladas de dióxido de carbono (CO2) se emiten con la quema de gas
cada año, lo que equivale a las emisiones de unos 77 millones de coches.
Total, Statoil, Shell, Eni y BG ya se han inscrito a una iniciativa de la ONU para detener la quema de gas rutinaria en 2030.
Los críticos dicen, sin embargo, que sin metas claras
para reducir sus emisiones, los esfuerzos de las empresas petroleras
tendrán poco impacto.
"Para determinar si esto es un lavado verde o no ...
hay que mirar si la iniciativa anuncia objetivos concretos,
cuantitativos y mesurables para hacer a la industria de petróleo y gas
parte de la solución", dijo Anthony Hobley, consejero delegado del grupo
de investigación medioambiental Carbon Tracker Initiative.
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