PEKÍN.- China anunció el viernes una serie
de medidas para agilizar el crédito y frenar la rápida desaceleración
de su economía, que se hace sentir en todos los continentes.
El
Banco del Pueblo Chino (PBoC, banco central) recortó su tasa de
préstamos -por sexta vez en un año- y su tasa de depósitos y redujo el
porcentaje de fondos obligatorios (encajes) que los bancos deben
mantener en sus arcas, a fin de facilitar el crédito.
También
suprimió los topes a los intereses que los bancos pueden ofrecer a sus
ahorristas, con el objetivo de alentar la competencia en el sector
financiero de la segunda economía mundial.
Los recortes de la tasa
básica de referencia y de la tasa de depósitos son de 0,25 puntos
porcentuales, hasta un 4,35% y un 1,50% respectivamente, precisó el PBoC
en su sitio internet.
"El crecimiento de la economía china sigue
bajo presión a la baja" y "el nivel de precios es globalmente débil, lo
cual deja margen para recortar los tipos", explicó el instituto emisor.
La
reducción de los encajes es de 0,5 puntos básicos (0,5%) e incluso de 1
punto en algunos casos, como incentivo para apoyar a las pequeñas
empresas.
Los incentivos aplicados
hasta ahora han resultado insuficientes para invertir la ralentización
de China. El Producto Interno Bruto (PIB) del país aumentó en el tercer
trimestre un 6,9% interanual, su peor resultado desde 2009.
Pero
según numerosos observadores, la desaceleración podría ser incluso mayor
que la admitida por las estadísticas oficiales chinas.
Los
anuncios fueron recibidos por los mercados y reforzaron la tendencia al
alza provocada la víspera por las promesas del Banco Central Europeo
(BCE) de examinar a fin de año la pertinencia de nuevos incentivos para
sacar de su letargo a las economías de la zona euro y evitar que caigan
en deflación.
China
se había convertido en el motor del crecimiento mundial desde la crisis
financiera global de 2008 y su desaceleración se hace sentir en todos
los continentes, en particular en los países que abastecen de materias
primas e insumos a sus industrias.
El presidente Xi Jinping, en
visita de Estado en el Reino Unido, descartó esta semana que su país
corriese el riesgo de un "aterrizaje brutal", aunque reconoció que "la
economía china enfrenta presiones a la baja y problemas estructurales".
El
banco central sacó a relucir su arsenal de medidas en vísperas de la
apertura de un plenario del Partido Comunista Chino (PCC, partido
único), que a partir del lunes próximo discutirá el plan quinquenal
2016-2020.
Las autoridades nacionales prometieron recientemente
una reestructuración de las empresas estatales, que siguen articulando
la economía del país, pese a las cuatro décadas de política de apertura.
El
gobierno pretende que el consumo de los hogares y el sector de los
servicios reemplacen a la industria y las inversiones como fuerzas
motrices del país
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