SANTIAGO.- La caída del precio del cobre,
lastrado por la desaceleración de la economía china, sumado a la
incertidumbre de la reforma laboral emprendida por el gobierno de
Michelle Bachelet, que desincentiva las inversiones, amenazan con una
'tormenta perfecta' a la economía chilena, advierten los analistas.
"La
caída del precio del cobre y la reforma laboral pueden suponer dos
importantes shocks para la economía de Chile" y dar origen a la
"tormenta perfecta", advierte el profesor de economía Erick Haidle de la
Universidad Gabriela Mistral.
El cobre, del cual Chile es su
primer productor mundial, representa más de la mitad de las
exportaciones de Chile y la minera estatal Codelco, la vaca que alimenta
las arcas del Estado, atraviesa por serias dificultades estructurales
que amenazan su producción.
La desaceleración de China, principal
socio comercial de Chile, al que le vende más de un cuarto de sus
exportaciones, principalmente del metal rojo, hace temblar a la economía
chilena, que este año crecerá en torno al 2-2,5%, tras el parón sufrido
el pasado año (1,9%), el más bajo en cinco años.
"Si el precio
del cobre continúa cayendo, habrá una profunda recesión", advierte
Haidle, sobre un metal que ha alcanzado sus menores niveles de los
últimos seis años.
A los factores externos se suma la
incertidumbre procedente del frente interno, con la decisión del
gobierno de izquierda que preside Bachelet de proseguir su política de
reformas, tras la aprobación de la reforma tributaria el pasado año.
Antes
de fin de año, se espera que el Congreso apruebe una reforma laboral
que estimula la creación de sindicatos y aumenta su poder negociador,
haciendo temer una subida de los salarios y una caída de la rentabilidad
de las empresas y de la inversión.
De hecho, el humor empresarial
está bajo mínimos. El Índice Mensual de Confianza Empresaria (IMCE) ya
suma 18 meses en niveles pesimistas, mientras el Índice de Percepción de
la Economía a 12 meses (IPCE) alcanzó su menor nivel desde que tiene
registro en marzo de 2002.
La inversión extranjera directa (IED)
cayó en Chile el 10% en los ocho primeros meses del año, según la Cepal,
en línea con la tendencia registrada en América Latina, donde se redujo
21%.
Como antes hicieran Perú y Colombia, el Banco Central de
Chile subió a principios de semana la tasa de interés interbancario a un
3,25% anual, tras haberla mantenido en 3% durante un año.
La
decisión de la reunión mensual de política monetaria se tomó en medio de
un ámbito externo en el que el dólar se depreció y el precio de los
activos se recuperó, mientras que la volatilidad de los mercados
"permanece alta" y aún "persisten los riesgos en torno a la evolución de
la economía china y dudas sobre el desempeño de América Latina,
particularmente Brasil", indicó el instituto emisor.
Con una
inflación que se mantendrá por encima del 3% pese a la caída del precio
de la energía, la máxima autoridad monetaria chilena está preocupada por
la "debilidad" de la actividad y de la demanda y el "pesimismo" de los
indicadores de confianza.
Esto le ha llevado a revisar a la baja
sus previsiones de crecimiento desde un rango del 2,25%-3,25% previsto
en junio, al 2%-2,5%.
"Chile está más expuesto que otras economías
latinoamericanas a la desaceleración en China, país que absorbe el 50%
de la demanda del cobre a nivel global", recuerda César Pérez-Novoa,
responsable de Research para Latam BTG Pactual.
Aunque si se
compara con países como Venezuela o Ecuador, más dependientes del
petróleo, cuyos precios han sufrido un auténtico descalabro en los
últimos meses, Chile está un poco mejor, precisa Haidle.
Si no se
mejora el clima a través de políticas pro inversión y competitividad,
difícilmente se podrá esperar un mayor dinamismo de la economía chilena
el próximo año, recuerda el diario La Tercera en un editorial este
viernes, en el que manifiesta su temor a "entrar en un círculo vicioso
de crecimiento pobre y populismo que lleve al país a un retroceso
institucional grave".
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