ESTRASBURGO.- El pleno del Parlamento Europeo
rechazó este miércoles una propuesta que ofrecía mayor libertad a los
países de la UE para prohibir o restringir la importación de alimentos y
piensos transgénicos, un proyecto rechazado tanto por los pro como los
anti-OGM.
La propuesta, presentada por la Comisión Europea, tenía
por objeto dar libertad a los Estados miembros para prohibir o
restringir en su territorio el uso de alimentos y piensos transgénicos,
que el bloque importa en su gran mayoría.
La Comisión calcó el
proyecto de la nueva legislación adoptada en abril, que permite a los
miembros de la UE prohibir o restringir en su territorio el cultivo de
transgénicos aprobados dentro del bloque. Las reglas vigentes en la UE
estipulan que la autorización para importar, así como para cultivar
transgénicos, debe obtener el aval de la mayoría calificada de los
Estados, lo que hasta ahora fue imposible obtener.
La Comisión
está entonces obligada a imponer estas autorizaciones una vez aprobadas
por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Para liberarse
de esta obligación, políticamente sensible, la Comisión propuso
libertad a los Estados miembros para prohibir o restringir.
Al igual que en abril, el proyecto de la Comisión rechazado por los eurodiputados provocó un rechazo general.
La
industria de los organismos genéticamente modificados (OGM) y la
agrícola ven en él un obstáculo al comercio, así como los países
productores de alimentos y piensos (Estados Unidos, Brasil o Argentina),
mientras que los defensores del medio ambiente acusan a Bruselas de
exonerarse de sus responsabilidades.
Sin sorpresas, el conjunto de
las bancadas del pleno se pronunció contra la propuesta por
considerarla "irrealizable" y por temor a que se "reintroduzcan
controles en las fronteras entre los países pro y anti-OGM".
"El
voto de hoy envía un mensaje claro a la Comisión. Esta propuesta podría
anular los logros del mercado único y la unión aduanera" sobre la que
reposa la libre circulación de bienes y capitales en el bloque, estimó
el eurodiputado Giovanni La Via (PPE, conservadores), relator de la
recomendación de rechazar el texto.
En el voto ante el pleno en
Estrasburgo, 577 diputados se pronunciaron a favor de rechazar la
propuesta, 75 en contra y 38 se abstuvieron.
La federación europea
de cerealeros y operadores del sector, Coceral, se declaró "aliviada"
por el rechazo de la Eurocámara a "esta propuesta que distorsiona el
comercio", en un comunicado conjunto con la agrupación de agricultores
europeos Copa-Cogeca y otras organizaciones del rubro. Según ese
comunicado, la propuesta amenaza a la cadena agroalimentaria, "principal
empleador de Europa con 30 millones de empleos en 2014, que representa
el 3,5% del PIB" de la UE, un mercado de 500 millones de habitantes.
Greenpeace
también celebró el voto, explicando que "el plan de la Comisión habría
fracasado en proveer una protección adicional a los ciudadanos europeos y
el medio ambiente, por el riesgo que plantean los cultivos
transgénicos".
El comisario europeo
de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, advirtió, sin
embargo, que no retirará el texto y que será discutido con los 28
ministros del rubro.
El cultivo, la comercialización o el uso de
transgénicos es fuente de controversia en la UE. A principios de octubre
19 países de la UE decidieron, en virtud de la nueva legislación
adoptada en abril, prohibir en sus territorios el cultivo de
transgénicos. El único transgénico autorizado hasta ahora en la UE es el
maíz MON 810, cultivado en España, Portugal y, en menor medida, en la
República Checa, pero hay ocho pedidos de autorización.
La UE es
el primer importador mundial de productos agrícolas. En 2013 el bloque
importó 18,5 millones de toneladas de tortas de soja y 13,5 millones de
toneladas de granos de soja, esto es más de 60% de sus necesidades en
plantas proteaginosas.
En respuesta a esta propuesta legislativa,
el gobierno argentino solicitó que se discuta el tema como "preocupación
comercial específica", es decir como una posible traba técnica al
comercio, en una reunión del Comité de Medidas Sanitarias y
Fitosanitarias de la OMC este mes, indicaron fuentes con conocimiento
del caso.
Estados Unidos y Canadá podrían hacer lo mismo, según
las mismas fuentes, en una reunión de principios de noviembre del comité
OTC (obstáculos técnicos al comercio) de la OMC.
Washington
estima que el texto introduce trabas al comercio, en un momento en que
la UE y Estados Unidos intentan avanzar en la negociación de un acuerdo
de libre comercio.
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