MANILA.- Miles de
niños filipinos, algunos incluso de nueve años, arriesgan sus vidas trabajando
en pequeñas minas ilegales
de oro en condiciones aterradoras
y el Gobierno no ha hecho lo suficiente
para protegerles, según afirmó un grupo
humanitario.
Los niños trabajan en pozos
inestables de 25 metros de profundidad o bajo el agua en la
costa y en ríos, procesando el oro
con mercurio -un metal tóxico que
puede causar daños irreparables a
la salud-, indicó un informe de Human
Rights Watch. Los que bucean
para buscar oro pasan varias horas
bajo el agua en cada inmersión, en
huecos a 10 metros (30 pies) de la
superficie, y reciben aire a través
de tubos conectados a un compresor
de aire.
El grupo humanitario, con sede
en Nueva York, dijo haber entrevistado
a 135 personas, incluidos
65 niños mineros de entre 9 y 17
años en las provincias de Camarines
Norte y Masbate durante
una investigación de campo realizada
en 2014 y 2015.
Casi 5,5 millones de niños
trabajaban en Filipinas en 2011,
según estadísticas del Gobierno,
y 3,2 millones de ellos se consideran
obreros infantiles porque
trabajaban largos turnos o en entornos
peligrosos.
“Los niños filipinos trabajan
en condiciones absolutamente
terroríficas en pequeñas minas
de oro”, dijo Juliane Kippengerg,
directora asociada de derechos
de los niños para HRW y autora
del informe. “El gobierno filipino
prohíbe el trabajo peligroso para
niños, pero ha hecho muy poco
para hacer cumplir la ley”.
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