LONDRES.- El escritor británico Sam Gerrans analiza los motivos por los cuales
EE.UU. es una "bomba que espera para explotar" y por qué, aunque las
alarmas hayan sonado más de una vez, aún no lo ha hecho. Sus
perspectivas no son buenas. Solo falta que llegue el momento adecuado.
Importantes son los problemas que aquejan a una sociedad
estadounidense que camina hacia la autodestrucción. El británico Sam
Gerrans los ha enumerado advirtiendo de que, aunque hoy parezcan
variables normales, integran un combo que puede causar la detonación.
1 - Destrucción de las fuentes de alimentación
La
disminución del número de granjas ha sido considerable en las últimas
décadas: en 2012 ya solo quedaban 2 millones. Además, únicamente el 2 por
ciento de la población vive en ellas. Si a esto se le suma que la
distribución de alimentos requiere de una logística de miles de
kilómetros, cualquier problema provocará un peligroso desabastecimiento.
2 - Sistema económico débil
Pura espuma. Así lo definió Gerrans, según recoge RT:
desde que se desprendió definitivamente del patrón oro, en 1973, el
valor de la moneda estadounidense ha estado atada al petróleo y su valor
ha sido protegido con guerras. ¿Qué ocurriría si EE.UU. pierde el
monopolio en esta materia? Su decadencia será inevitable. Según el
analista, todas las potencias económicas colapsaron tras haberse
mantenido 37 años de media. Si se siguen estos parámetros, Washington ya
debería haberse quedado sin combustible. Cuando esto ocurra, el éxodo
hacia el yuan chino no podrá detenerse.
3 - Aumento del consumo de drogas
En
solo diez años, la utilización de antidepresivos ha aumentado un 400
por ciento. Muchos de ellos son inhibidores de la serotonina, es decir,
de la sustancia presente en las neuronas que cumple la función de
neurotransmisor. La propia sociedad ya fue, más de una vez, víctima de
este fenómeno: muchos de los ataques a tiros en lugares públicos fueron
cometidos por personas que dejaron el consumo de esos medicamentos de
manera forzada o repentina.
A partir de esta realidad, el
escritor subraya que la producción de estas drogas está dominada por
algunas compañías que, a su vez, dependen de importantes sistemas de
logística para su producción y distribución, por lo que, al igual que
con los alimentos, si esto fallara, se interrumpiría el abastecimiento y
las consecuencias serían muy riesgosas.
4 - Decadencia moral
En
la década de 1930, pese a todos sus problemas, la gente sabía qué
estaba bien y qué estaba mal. Sin embargo, esta concepción moral se
perdió hasta llegar a la sociedad indisciplinada y egoísta de la
actualidad. Como ejemplo, Gerrans recuerda las ventas del denominado
Black Friday de 2013: en él participaron 250 millones de personas, que
gastaron 61.000 millones de dólares, la mayoría, en productos no
esenciales. Las estampidas y las muertes no suelen ser ajenas a esta
locura. El problema, señala el autor, es que esto ya se ve como algo
normal.
¿Hacia dónde correr cuando el sistema colapse? La
respuesta tampoco es fácil de encontrar. En el pasado, ejemplificó el
autor, durante la Gran Plaga de Londres de 1965, la población huyó hacia
los campos en los que se producían alimentos. Hoy, esos lugares ya no
están disponibles, ya que pertenecen a grandes corporaciones.
Aunque
este no sea, tal vez, el escenario previsto para EE.UU., Gerrans
asegura que se reúnen "todos los ingredientes" para una "descomposición
completa" con "muertes a gran escala". La "volatilidad" está en el
"pastel", incluso, en "el que hoy se ve como normal". Solo resta
aguardar que el detonador se active y comience la imparable devastación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario