domingo, 25 de octubre de 2015

El menor crecimiento de China no es un peligro para España

MADRID.- La desaceleración de la economía china no supone un peligro para las relaciones comerciales con España, según una mayoría de expertos consultados, que recuerdan el bajo grado de exposición empresarial y afirman que la moderación del PIB chino es positiva porque el país se está modernizando.

El director de Coyuntura y Estadística de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), Ángel Laborda, cree que el menor ritmo del crecimiento económico chino es "normal" ya que su economía debe "asentarse" tras años de avances "acelerados" a ritmos de dos dígitos.
Explica que los crecimientos anteriores se basaban en modelos de atracción de inversión extranjera que no se pueden sostener en el tiempo.
La Oficina Nacional de Estadísticas china avanzó esta semana que el crecimiento del PIB bajó una décima en el tercer trimestre del año y se situó en el 6,9 %, en comparación con el mismo periodo de 2014.
Laborda no cree que este descenso pueda provocar "temor" en las inversiones de las empresas españolas, ya que se trata de un mercado con gran potencial de crecimiento.
"La posibilidad de aumentar los negocios en este país no se resiente", asegura, al tiempo que recuerda que la empresa española está en fase de introducción y no tanto de implantación.
"Cuando se está en este primer proceso da igual si la economía crece al 7 % o al 8 %. Otra cosa es cuando ya estás dentro y ves que la demanda cae", señala tras añadir que China cuenta con grandes reservas.
Por otra parte, las relaciones económicas y financieras de España con China son escasas y una caída brusca de su PIB tendría un impacto negativo de forma indirecta, a través de países con vínculos más fuertes, como Alemania.
"A España no debe de preocuparle", puntualiza.
Para el economista e investigador principal del Real Instituto Elcano Miguel Otero Iglesias, en China todavía hay problemas estructurales que deben cambiar y alerta de que "va para largo que China sea la locomotora del consumo".
Coincide en que la exportación española a China es muy baja y por el lado del comercio y la inversión no ve "grandes repercusiones", aunque recuerda que España está unida a China a través de Latinoamérica, principal importador del país asiático.
"Si en Latinoamérica no se consume, las empresas españolas se verán repercutidas", añade.
Otero cree que la apertura de la ruta de la Seda implicará nuevas obras de infraestructuras y asevera que "los empresarios españoles deberían mirar más a China".
La mayor parte de los analistas consultados cifra el crecimiento de China entre el 5 % y el 7 % en los próximos años y califica de "aterrizaje suave" el que está protagonizando.
La coordinadora del Servicio de Estudios del IEE, Almudena Semur, explica que el cambio de modelo productivo en China responde a una moderación del sector secundario y a un incremento del sector servicios, lo que provocará mayor consumo en detrimento de las exportaciones.
Considera que la menor demanda de materias primas repercutirá en el crecimiento de los países que exportan allí y que en el caso de España, los riesgos son "muy bajos" porque no hay una gran dependencia.
Los analistas de Crédito y Caución añaden que es muy posible que estemos ante una "normalidad" en el crecimiento de China y destacan la fortaleza de los indicadores del mercado de consumo y de trabajo.
En cuanto a los efectos sobre España, para Crédito y Caución lo importante es el cambio de modelo productivo ya que China es un mercado de consumo para productos españoles.
Sin embargo, advierten de que se ha registrado un aumento de los niveles de morosidad chinos que "está teniendo ya una reacción en cadena en la liquidez empresarial en varios países como Australia o Indonesia".
El valor de las facturas de empresas chinas con un retraso en pagos superior a los 90 días prácticamente se ha duplicado en un año.
El economista y especialista en China, Luis Torras, recuerda que sólo 1 dólar de cada 300 invertidos allí es de capital español, por lo que se trata de una relación "muy tangencial y anclada principalmente en seis o siete grandes empresas del Ibex".
Incide en que el país debe ahondar en reformas para liberalizar su economía.
"En el interior de China aún hay una gran bolsa de población que todavía esta en un estadio de desarrollo preindustrial o con una industrialización muy primaria. Estas regiones, si se hacen las cosas bien, tienen potencial de crecimiento de doble dígito", recalca.

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