domingo, 25 de octubre de 2015

El primer ministro chino dice que la meta de crecer el 7% no es sagrada

PEKÍN.- China nunca dijo que la economía nacional debiera crecer un siete por ciento este año, dijo el primer ministro chino, Li Keqiang, en unas declaraciones que ha difundido el Gobierno y que llegan antes de un crucial encuentro esta semana que marcará los objetivos sociales y económicos de los próximos cinco años.

Los comentarios de Li coinciden con las afirmaciones de un alto cargo del banco central que dijo el sábado que China puede mantener un crecimiento anual de entre el 6 y el 7 por ciento durante ese periodo.
Las declaraciones llegan en un momento de creciente preocupación mundial por los mercados financieros de China.
El viernes China recortó los tipos de interés por sexta vez en menos de un año. La política monetaria está siendo más agresiva desde la crisis financiera de 2008, mientras que el crecimiento se espera que marque un mínimo en los últimos 25 años y se sitúe por debajo del 7 por ciento.
La economía china creció un 6,9 por ciento en el periodo entre julio y septiembre con respecto al mismo periodo del año anterior, mostraron datos oficiales esta semana.
En declaraciones en un acto institucional, Li llamó a no desestimar las dificultades económicas a las que se enfrenta el país. "Nunca dijimos que tengamos que defender a muerte ningún objetivo, pero la economía debe operar dentro de un margen razonable", dijo el Gobierno central, parafraseando al líder del Ejecutivo chino.

China lanzará mañana el Plan Quinquenal 13

El Quinto Plenario del Comité Central del Partido Comunista Chino lanzará mañana el 13º Plan Quinquenal con la intención de reactivar el crecimiento de la económica del país, todavía frenada después del "decenio de oro 2002-2012".
    Durante la reunión del plenario del Comité Central, una herencia del comunismo soviético, también se abordarán algunos importantes cambios en la cúpula del partido y del ejército.
    Algunos economistas aconsejaron a Pekín a renunciar a las práctica de fijarse objetivos de crecimiento del PBI, pero el grupo dirigente reunido en torno al secretario del partido, presidente de la República y de la Comisión Militar Central, Xi Jinping, no parece con intenciones de hacerlo.
    El plan quinquenal, que presentarán oficialmente a fin de mes, será un documento de 100 páginas que contendrá indicaciones sobre las principales directivas para la economía entre 2016-2020.
    El Quinto Plenario, es decir la quinta reunión plenaria de los 376 miembros permanentes y suplentes del Comité Central electo desde el 18º Congreso del Partido Comunista, es -según el diario China Daily- "un pasaje crítico en la construcción de una sociedad moderadamente próspera", uno de los objetivos recurrentes del Partido Comunista chino.
    Se trata de un Partido que busca alcanzsar una economía moderna integrada en el proceso de globalización con una serie de rituales que conforma la naturaleza "comunista" y que justicia la permanencia de su monopolio sobre la vida política de un país de 1.300 millones de personas.
    El actual crecimiento "deseado" del PBI fue fijado en el 7% anual y si tuviera que ser retocado, sería para abajo.
    En los tres primeros trimestres de 2015 el PBI fue del 6,9% y refleja la dificultad del pasaje de una economía basada en las exportaciones y las inversiones públicas a una basada en el consumo interno y en un mayor papel del sector privado, algo que regularmente se viene anunciando desde hace al menos 13 años, pero que los dirigentes chinos nunca lo llevaron a la práctica.
    Durante el plenario también se espera cambios de hombres y nombres en la conducción de las estructuras del partido, a partir de la campaña anticorrupción lanzada por el presidente, Xi Jinping.
    La más significativa será el ingreso a la poderosa Comisión Militar Central del general Liu Yuan, hijo del ex presidente Liu Shagi y aliado político de Xi.
    Se prevé también que sea confirmada la permanencia a la cabeza de la temida Comisión Central para las Inspecciones de Disciplina de Wang Qishan, otro importante aliado de hierro de Xi y el hombre de punta en la lucha contra la corrupción que, habiendo cumplido 67 años, está en edad de jubilarse.

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