WASHINGTON.- El secretario del
Tesoro de EEUU, Jack Lew, advirtió hoy sobre el "terrible accidente" que
supondría que el país no aumentase su techo de deuda antes del 3
noviembre, fecha en la que se calcula que el Gobierno federal se
quedaría sin dinero para hacer frente a sus pagos.
"Nuestra mejor estimación es el 3 de noviembre, cuando agotaremos lo
que llamamos medidas extraordinarias. Esas son cosas que podemos
gestionar. Me quedaré sin lo que podemos gestionar a partir del 3 de
noviembre", dijo Lew en una entrevista en la cadena CNBC.
La cifra sitúa dos días antes de lo previsto -pues en un principio se
había marcado el 5 de noviembre- el momento en el que el Tesoro se
quedará sin fondos para encarar sus obligaciones, con menos de 30.000
millones de dólares.
"Me preocupa que cada vez que nos acercamos a esto, alguna vez vaya a
ocurrir un accidente, y eso sería terrible", agregó, al recordar que
esta cuenta atrás ya se ha producido en otras ocasiones en los últimos
años.
La pasada semana, Lew explicó en una carta a los líderes del Congreso
la necesidad de elevar el tope de deuda, actualmente en 18,1 billones
de dólares, para no jugar con la solvencia del Gobierno federal.
"Creo que todos los líderes del Congreso necesitan entender que
tienen que hacer esto. Y creo que están en un ambiente muy incierto
ahora mismo y no tienen mucho tiempo", remarcó.
Los congresistas republicanos han reconocido la necesidad de subir el
tope de deuda, pero quieren a cambio recortes de gasto público, algo
que el presidente de EEUU, el demócrata Barack Obama, no está dispuesto a
ofrecer.
De este modo, el secretario del Tesoro eleva la presión al
Legislativo para que acuerde esta subida del tope de endeudamiento en un
momento en el que la mayoría republicana debe elegir al sucesor del
actual presidente de la Cámara baja, el conservador John Boehner, quien
ha anunciado su intención de abandonar su escaño a finales de octubre.
No obstante, el que se había presentado en un primer momento como
candidato, Kevin McCarthy, legislador por California, decidió retirarse
ante la falta de respaldo de los sectores más radicales del Tea Party,
por lo que ahora mismo no existe un candidato formal para reemplazar a
Boehner, lo que aumenta las dudas sobre la capacidad del Congreso de
ponerse de acuerdo en este punto.
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