martes, 13 de octubre de 2015

Latinoamérica, un posible freno para España / Primo González *

Las malas previsiones sobre Latinoamérica no hacen más que aumentar. España no va a permanecer al margen de los problemas económicos de esta importante región del mundo que, en nuestro caso, ha sido el principal polo de expansión de las empresas en su tarea de crecer y diversificarse fuera de nuestras fronteras. La más reciente previsión del Fondo Monetario ya cifra en guarismos negativos (caída del 0,3%) la evolución del PIB para este año cuando hace apenas unos meses (en julio) las previsiones eran todavía positivas, con pronósticos de crecimiento del 1%.

En Latinoamérica, España se juega mucho, no en vano ha sido el destino de las mayores inversiones que han realizado las empresas españolas. El volumen de inversión estimada en la zona ronda, según fuentes oficiales, los 120.000 millones de euros. Los principales destinos de la inversión han sido las dos grandes economías de la zona, México y Brasil, cuyo PIB representa algo más del 60% del conjunto de la zona.

España es el segundo inversor en Latinoamérica, aunque nos hemos quedado bastante rezagados respecto a Estados Unidos y a China en lo que atañe a las relaciones comerciales, ya que las exportaciones españolas a esta área representan apenas un 6% de las ventas totales de España en los mercados internacionales. Es decir, muy por debajo de lo que allí venden las dos grandes potencias económicas, con las que sin embargo rivalizamos en presencia empresarial y en inversiones productivas. 

A pesar de la fuerte presencia de las empresas españolas en la mayor parte de los países latinoamericanos, el flujo exportador está muy lejos de guardar proporción con la presencia efectiva de las empresas españolas en la zona. Una presencia que no ha servido de acelerador de las exportaciones a la vista de las cifras que año tras año van reflejando el modesto papel de las transacciones comerciales. Brasil es nuestro principal socio económico y comercial y es, para nuestra desgracia, el que va a presentar este año una trayectoria más negativa, con una aguda recesión que impactará de forma negativa en algunos aspectos de la economía española. En todo caso, en los resultados de las empresas españolas presentes en el país.

Tal y como están evolucionando este año las cosas, Brasil y México representan la cara y la cruz de la trayectoria de la economía latinoamericana, con una previsión de caída del PIB de Brasil del orden del 3,0% este año (última previsión actualizada del Fondo Monetario) y un aumento del PIB en el caso de México del 2,4%, crecimiento no muy sólido aunque se beneficie de la proximidad de la economía estadounidense, lo que no sucede con las demás economías de la zona, aunque en Centroamérica se está viviendo una fase de expansión económica muy acusada debido sobre todo a la influencia del poderoso vecino del norte.

Esta ambivalencia en el crecimiento de las economías latinoamericanas se amplía a otros países, como Colombia, en el lado positivo, frente a Venezuela, un auténtico desastre, cuyo PIB puede acusar este año un retroceso histórico, lo que es debido no sólo al impacto negativo de su principal fuente de ingresos (la producción y exportación de hidrocarburos) sino a la propia torpeza de las autoridades del país, que han sido incapaces de revertir una parte de esa riqueza petrolera en favor del desarrollo interno que, a su vez, ha limitado el crecimiento de una clase media que proporcione estabilidad social y económica al país.

La mediocridad del crecimiento económico de la zona es, en suma, un mal augurio para el futuro a medio plazo de la economía española, que pierde de este modo uno de los catalizadores exteriores del crecimiento español.


(*) Periodista y economista español


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