miércoles, 14 de octubre de 2015

Se rebaja al 1,7 % la previsión de crecimiento de Alemania para este año

BERLÍN.- Berlín confía en que el consumo privado permita a la economía alemana mantener su velocidad de crucero este año y el próximo, pese a las consecuencias del frenazo en China, el escándalo de Volkswagen y la crisis de los refugiados.

El ministro de Economía, Sigmar Gabriel, afirmó hoy al presentar la revisión de los pronósticos del Ejecutivo que el producto interior bruto (PIB) alemán crecerá este año el 1,7 %, una décima menos de su previsión de primavera, y mantuvo el cálculo para el próximo en el 1,8 %.
La mayor economía europea disfrutará de una "evolución estable" y un "crecimiento robusto", resumió Gabriel en una breve comparecencia ante los medios en el Bundestag (cámara baja).
El consumo privado será el "pilar principal" del crecimiento, argumentó el ministro, que agregó que ese indicador avanzará en los dos ejercicios el 1,8 % de media, gracias a un "extraordinariamente fuerte" mercado laboral.
El informe de Economía estima que este año se crearán 284.000 puestos de trabajo y el próximo otros 271.000, hasta que el número de personas empleadas alcance los 43,3 millones, prolongándose así la actual cadena de máximos históricos anuales.
Además, el Gobierno de Angela Merkel espera que los salarios también suban, el 2,6 y el 2,4 %, respectivamente, en este ejercicio y el que viene; y que la renta disponible, gracias entre otros factores al precio del crudo, se eleve el 2,6 y el 2,8 %.
El tipo de cambio del euro, explicó Gabriel, anima al sector exterior, un puntal tradicional de la economía alemana, pero su aporte al crecimiento será negativo este año y el que viene debido al fuerte avance de las importaciones, azuzadas por el gasto de los hogares.
Gabriel achacó a la desaceleración de China y de otros "grandes emergentes" el recorte de 2015 al pronóstico y restó importancia a las repercusiones que puedan tener en la locomotora europea el escándalo de Volkswagen -tanto por la vía productiva como por la contributiva- y la crisis de los refugiados.
El fraude del fabricante de vehículos, que es uno de los principales exportadores y empleadores del país, no va a tener "ninguna repercusión duradera" en la economía alemana, aseguró Gabriel.
Además, "la pérdida de ingresos del Estado vía impuestos" -ya que Volkswagen es un gran contribuyente- "ya ha sido incorporada" en el presente pronóstico macroeconómico.
Con respecto a los refugiados que está llegando a Alemania, que ascenderán a 800.000 este año según las previsiones oficiales, aseguró que es un "gran reto" y que "claro" que costará dinero en un primer momento.
Esta inyección de dinero público actuará como "un pequeño programa coyuntural", abundó el ministro, que argumentó que edificar guarderías y colegios para los menores asilados es una "buena inversión" porque Alemania va a perder millones de trabajadores en los próximos años debido al envejecimiento de la población.
"Esto ayuda a los refugiados que vienen hasta aquí, pero también nos ayuda a nosotros", argumentó Gabriel, que calificó la actual situación de Alemania en esta crisis de "gran experimento".
También apostó por invertir en cualificación e integración, esto es, en formación profesional y cursos de idiomas para los extranjeros que sean asilados, para que puedan acceder rápidamente al mercado laboral.
El pronóstico de Economía prevé que un gran número de refugiados comiencen a trabajar entre este año y el que viene, aunque también que debido a la llegada de inmigrantes aumente el número de desempleados el año que viene en unas 60.000 personas, lo que apenas alterará la tasa de paro.
Sobre la posibilidad de que el Gobierno federal pueda mantener el año que viene en sus cuentas el "déficit cero" debido a los costes de la crisis de los refugiados, Gabriel se limitó a lanzar un "veremos".
No obstante, defendió el "especial significado" que tiene la estabilidad presupuestaria, algo que ha hecho posible que el país esté en disposición de afrontar financieramente la llegada de peticionarios de asilo.
La nueva previsión de crecimiento de Berlín para 2015 es de las más conservadoras de entre las publicadas últimamente, ya que la mayoría de institutos económicos hablan de un avance del PIB del 1,8 %.

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