ROMA.- La Exposición
Universal de Milán cerró tras seis meses dedicados al tema de la
alimentación en el mundo y lo hizo entre loas por su desarrollo y
pendiente de su legado para el futuro, plasmado en una declaración de
principios.
El broche final se puso con una ceremonia en la que se
celebraron los éxitos cosechados en este tiempo, en el que según el
primer ministro, Matteo Renzi, ha emergido "una Italia valiente que no
huye ante los retos, sino que los afronta y los vence".
Al acto asistió, entre otros, el presidente de la República, Sergio
Mattarella, quien declaró oficialmente clausurada la Expo, que ha
transcurrido bajo el lema "Nutrir el planeta. Energía para la vida".
Comenzó su andadura el pasado 1 de mayo, tras estallar un caso de
presunta corrupción y entre graves disturbios en las calles milanesas
perpetrados por grupos antisistema el día de su inauguración, pero sin
embargo su popularidad ha ido en aumento.
Tal es así que en Italia se habla de una "Expo de recordar" ya que se
han batido las previsiones: el director de gestión, Piero Galli,
explicó que más de 21 millones de personas han visitado el evento y
el 30% de las mismas vinieron del extranjero.
Explicó que la Expo ha recibido "una avalancha de visitantes",
acrecentada sobre todo en los últimos dos meses, en los que las largas
colas de espera para acceder a los pabellones han sido la tónica
general, sobre todo en el de Japón, el más visitado.
Todo para asistir a las propuestas de los 145 países participantes,
que han mostrado al mundo sus excelencias gastronómicas y sus prácticas
en el ámbito de la alimentación.
La Expo cerró sus puertas, pero lo hace con la mirada
puesta en el futuro y en los retos que la comunidad internacional deberá
afrontar para paliar la lacra del hambre en el mundo.
Para ello un millón y medio de personas han secundado la conocida
como "Carta de Milán", que recoge una serie de propuestas y compromisos
en esta materia y que supone, en palabras de Galli, "una herencia" para
proseguir abordando dicha problemática en el futuro.
Este documento ha sido entregado al secretario general de Naciones
Unidas, Ban Ki-moon, para que lo tenga en consideración en la
elaboración de los nuevos Objetivos del Milenio.
Además, según celebró el ministro de Agricultura, Maurizio Martina,
la Carta "ha colocado a la Expo en la agenda internacional" y "ha
llenado de significado y de responsabilidad la plataforma expositiva".
Entre las autoridades firmantes están la canciller alemana, Angela
Merkel, o los presidentes francés, François Hollande; brasileña, Dilma
Russeff, o boliviano, Evo Morales.
Y es que, en otro orden de cosas, durante los 184 días que ha
permanecido abierta, la Expo ha sido un vaivén de representantes
políticos, jefes de Estado y relevantes figuras de la cultura que se han
preocupado por la temática de la seguridad alimentaria.
Es el caso de la reina Letizia de España, que acudió en calidad de
embajadora de la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), o de la esposa del presidente de Estados Unidos,
Michelle Obama, que ha hecho de la lucha contra la obesidad una de sus
máximas.
Tal y como recordó Mattarella, una de las principales incógnitas
que se plantean después de este tipo de eventos es qué ocurrirá con las
instalaciones de la Expo.
El comisario del evento, Giuseppe Sala, señaló a los medios que a
partir del lunes se procederá a su desmantelamiento y abogó por destinar
su superficie de un millón de metros cuadrados a la construcción de un
campus residencial para estudiantes.
En la ceremonia se produjo también el traspaso de la bandera del Buró
Internacional de Exposiciones, organizador de ese evento, de Italia a
Kazajistán y a Dubai, que acogerán, respectivamente, la Exposición
Internacional de 2017 y la Universal de 2020.
Al acto asistieron en representación del país centroasiático el
director de Expo-2017, Akhmetzhan Yessimov, y el comisario del evento y
primer viceministro de exteriores de Kazajistán, Rapil Zhoshybayev.
Zhoshybayev dijo que la de Milán ha sido "una gran antesala del
futuro éxito de la Expo de 2017", que versará sobre la energía, un
sector en el que Kazajistán quiere destacar, sobre todo en la producción
de renovables y energías verdes.
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