WASHINGTON.- Cuando el mandato al frente del
Fondo Monetario Internacional (FMI) de la francesa Christine Lagarde
entra en su fase final, las potencias emergentes parecen vacilar ante la
posibilidad de ganarle el cargo a los europeos.
La directora
gerente del FMI se declaró "abierta" a un eventual segundo mandato,
luego de julio de 2016, mientras que el llamado grupo BRICS (Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica) parecen divididos respecto a una
propuesta.
Moscú y Brasilia rehusaron hacer comentarios. Pero Pretoria ya parece dispuesta a disputar el
liderazgo europeo en el Fondo, que alcanza ya las siete décadas, como
parte de un acuerdo tácito con Washington que mantiene la presidencia de
la organización hermana, el Banco Mundial.
"Los países en
desarrollo han insistido sobre la adopción de un proceso de selección
basado en méritos, en lugar al actual arreglo por el que el director
gerente del Fondo es siempre un europeo", dijo una portavoz del
departamento del Tesoro de Sudáfrica.
Aunque la reivindicación no es nueva, hasta el presente no ha sido atendida.
En
2011, el BRICS fracasó en la elección de un candidato común, que
hubiera tenido una innegable fuerza simbólica, dejando al mexicano
Agustin Carstens correr una imposible carrera contra Lagarde.
No es seguro que la situación sea diferente ahora.
"Es
demasiado pronto para tomar una decisión. Dejemos que la situación se
aclare sobre qué otros candidatos están en carrera", dijo un alto
funcionario del ministerio de Finanzas indio que solicitó mantener el
anonimato.
Hua Chunying, portavoz del ministerio de Relaciones
Exteriores chino, fue elusiva. "China ha mantenido una relación buena,
estrecha, cooperativa con el FMI", afirmó.
Sin embargo, desde 2011 la situación ha cambiado.
Las
cinco grandes economías emergentes han estrechado su cooperación con un
objetivo en mente: desafiar el poder de las potencias occidentales en
las instituciones surgidas en Bretton Woods en 1944, creando su propio
fondo monetario y banco de desarrollo.
Al respecto, destacan la
desigual representación que las afecta en el FMI, donde los derechos de
voto de China, la segunda economía mundial, no alcanzan siquiera a un
cuarto de los de Estados Unidos.
La reforma del Fondo que corregiría levemente este desequilibrio languidece desde hace ya tres año.
Pero la perspectiva de un candidato común del BRICS, enfrenta varios obstáculos, según expertos.
Para
empezar, la elección de un candidato. Un exjefe de economistas del FMI
que preside actualmente el Banco Central de India, Raghuram Rajan, tiene
un perfil ideal, pero personalmente desalentó las especulaciones.
"No
es un cargo al que me haya presentado", dijo Rajan a la cadena india
NDTV en una entrevista difundida en setiembre pasado. "No es trabajo
para el que me prepare", abundó.
Por otra parte, será difícil
desafiar a Lagarde si decide bregar por otro mandato, porque goza de un
fuerte apoyo entre los miembros de la institución, incluso entre las
economías emergentes.
"Lagarde tiene un amplio apoyo en el FMI", dijo el economista Eswar Prasad, exdirector de la división China del Fondo.
Según
Shi Yinhong, profesor de la Renmin University de China, "a causa del
aporte financiero de los países occidentales, la proporción de sus
derechos de votación y su habilidad y experiencia en la dirección de las
organizaciones financieras internacionales, creo que el candidato a
director gerente continuará proviniendo de un país desarrollado",
adelantó.
Aunque dos factores pueden cambiar la situación, según
Prasad: si el FMI decide no incluir a la divisa china, el yuan o
renminbi, en su canasta de selectas divisas y si la reforma del Fondo
continúa bloqueada en los próximos meses.
"Esto podría generar un
mayor impulso por parte del BRICS para cambiar la estructura de la
dirección del FMI, así como de su gobernanza", dijo.
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