FRÁNCFORT.- El incremento del riesgo de
incumplir su objetivo de estabilidad de precios en el horizonte temporal
previsto llevó a los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central
Europeo (BCE) a plantearse la necesidad de reforzar sus estímulos, para
lo que los técnicos de la entidad deberían realizar un análisis técnico
de las medidas desplegadas y examinar las opciones disponibles en caso
de que en la reunión de diciembre se acuerde una mayor relajación.
"El periodo prolongado de baja inflación podría durar más de lo
anticipado", indicaron los miembros del Consejo del BCE, que admitieron
que "sigue esperándose que la inflación se acerque al 2% en el medio
plazo, aunque a un ritmo más lento de lo previsto", según refleja el
resumen de las discusiones mantenidas en la última reunión de política
monetaria del órgano de gobierno del BCE.
"Una actualización mecánica de las proyecciones del personal del
BCE con los datos disponibles hasta la reunión del Consejo de Gobierno
en Malta sugirieron riesgos a la baja para el escenario base dibujado en
septiembre, notablemente en el caso de la inflación", valoraron los
responsables del BCE.
Como resultado, los banqueros apuntaron que el ritmo de
normalización de la inflación hacia el entorno del 2% "probablemente
será nuevamente retrasado, como había sido el caso de previsiones
anteriores".
Así, calificaron como "potencialmente preocupante" una revisión a
la baja de las previsiones de inflación, particularmente ante las
menores evidencias de un cambio sostenido en la tendencia de la
inflación subyacente.
De este modo, los consejeros del BCE apuntaron que el impacto de
los bajos precios del petróleo, la debilidad de las economías emergentes
y el retraso de la subida de tipos esperada en EEUU habían alimentado
la incertidumbre sobre la capacidad de las medidas del BCE para lograr
su objetivo en cuanto a la tasa de inflación.
"El impacto de factores externos y la incertidumbre planteó la
posibilidad de que las medidas del BCE, a pesar de su magnitud, podrían
no estar ganando suficiente tracción en el presente entorno para
alcanzar su objetivo final en términos de inflación", señalan las actas
del BCE.
De hecho, ante estas circunstancias, algunos miembros del Consejo
plantearon actuar ya con vistas a reforzar la ya de por sí postura
acomodaticia del BCE o "en cualquier caso, hacerlo más pronto que
tarde".
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de
Gobierno del BCE del pasado 22 de octubre, el presidente de la
institución, Mario Draghi, anunció que la entidad examinará en el
encuentro del próximo 3 de diciembre "el grado de acomodación de la
política monetaria" y aseguró que el BCE "está listo para actuar si es
necesario y abierto a valorar todo el menú a su disposición", lo que
abre la puerta a un incremento del importe o la extensión de la duración
del plan de compras del BCE, así como la rebaja del tipo de depósito u
otras medidas.
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