sábado, 14 de noviembre de 2015

Brasil reduce la desigualdad con menos pobres

BRASILIA.- A pesar de las dificultades económicas, la pobreza extrema en Brasil cayó de 7,6 por ciento de su población en 2004 a 2,8 por ciento en 2014, lo cual evidencia los positivos resultados de los programas sociales. Los datos de la Pesquisa Nacional por Muestra de Domicilios (PNAD) divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) revelan un descenso de la inequidad en esta nación, destacó la ministra de Desarrollo Social, Tereza Campello.

"Cuando nos fijamos en el 10 por ciento más pobre de la población y lo comparamos con el 10 o ciento más rico, vemos que este crecimiento fue casi tres veces mayor que la de los más prósperos", subrayó.

La titular llamó la atención sobre el hecho de que, incluso en un momento de crisis internacional, la renta de toda la sociedad brasileña mantuvo una tasa de crecimiento real de 2,4 por ciento, por encima de la inflación.

El declive de la miseria fue más acentuada entre los niños de hasta cinco años de edad, pues de un 14 por ciento de chicos pobres reportado en 2004 el porcentaje descendió a menos del cinco por ciento el pasado año.

En este caso se evidencia el avance del programa Brasil Sin Miseria, destinado a acabar con la pobreza extrema y promover la inclusión social y productiva de las personas con ingresos menos de 77 reales (20 dólares).

La tasa de pobreza brasileña registró una tendencia a la baja, pues en 2014 alcanzó al 7,3 por ciento de la población, lo cual representa un declive de casi el 70 por ciento con respecto a 2004.

Según la PNAD, el acceso a bienes como la televisión, refrigerador y cocinas se universalizó prácticamente en esta nación, así como creció el número de brasileños con autos y teléfonos móviles.

El porcentaje de ciudadanos con acceso a Internet sobrepasó por primera vez el 50 por ciento de la población y alcanzó al 54,4 por ciento, con un crecimiento de más del 11 por ciento en comparación con 2013.

Los datos difundidos por el IBGE indican asimismo la necesidad de continuar el trabajo para disminuir la inequidad en este territorio, uno de los más desiguales del planeta.

Los ingresos del 10 por ciento de la población más pobre tan sólo corresponden al 1,4 por ciento del total de la renta de los trabajadores, mientras que el 10 por ciento más rico ostenta el 40,3 por ciento de la riqueza de este país.

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