WASHINGTON.- En su reunión de
esta semana la Reserva Federal (Fed) de EEUU trató de despejar las dudas
generadas por sus indecisiones previas, con la señal más clara hasta la
fecha de su intención de considerar la subida de tipos de interés,
actualmente entre el 0 y el 0,25 %, en diciembre.
"A la hora de determinar si será apropiado elevar los tipos de
interés en la próxima reunión", fue la frase que todos los analistas
destacaron como eje del habitualmente enrevesado lenguaje del comunicado
del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed.
Tras meses de menciones más o menos vagas al "futuro próximo" o
"antes de finales de año", finalmente la Fed apuntó en concreto a un
encuentro, el del 15 y 16 de diciembre, en el que está prevista además
una rueda de prensa de la presidenta del banco central, Janet Yellen.
En una nota a sus clientes, el banco de inversión Nomura indicó que
"el comité está claramente enfatizando que se está aproximando a la
decisión de subir los tipos de interés y que habrá una discusión activa
en el encuentro de diciembre".
No obstante, afirmó: "Vemos el encuentro de marzo más probable que
diciembre, ya que somos escépticos de que los datos sean lo
suficientemente fuertes como para que el comité inicie el ajuste".
Lo cierto es que tras la sorpresa de septiembre, cuando la Fed
decidió retrasar el alza de tipos, que sería la primera en EEUU desde
2006, los mercados y analistas se han mostrado algo desorientados.
En esa ocasión, el banco central estadounidense citó como causas de
este aplazamiento los inesperados acontecimientos en China de finales de
agosto, con su súbita devaluación del yuan y las abruptas caídas
bursátiles.
Esta semana, en cambio, el texto zanjó su referencia al contexto
internacional con una genérica mención a la "supervisión de los
acontecimientos globales", lo que parece señalar que la preocupación
ahora se centra en los últimos indicadores de la economía nacional.
Aunque el desempleo se mantiene a niveles no vistos desde 2008, en el
5,1 %, el ritmo de creación de empleo se ha ralentizado algo.
Además, la actividad económica, que repuntó con fuerza en el segundo
trimestre con una tasa anualizada de crecimiento del 3,9 %, se moderó en
el tercer trimestre hasta el 1,5 %, de acuerdo al primer cálculo sobre
el producto interior bruto divulgado también esta semana.
Por otro lado, la baja inflación, el mayor quebradero de cabeza del
banco central estadounidense y cuyo índice interanual está actualmente
apenas por encima del 0 %, "ha retrocedido en las recientes semanas", de
acuerdo al comunicado de política monetaria.
A continuación, sin embargo, insistió en su previsión de que "se
disipen a medio plazo los efectos transitorios de los declives en los
precios de la energía y las importaciones".
Tanto Yellen como la Fed llevan desde comienzos de año hablando de
efectos "transitorios" que no acaban de disiparse, y parecen más bien
prolongarse, dando argumentos a algunos expertos que han criticado a la
institución por sembrar confusión.
"La Fed tiene un problema de mensaje. Después de preparar
repetidamente al mundo para una subida de los tipos de interés que
sugirieron estaba a la vuelta de la esquina, los miembros del banco
central están ahora dando marcha atrás para intentar un nuevo giro de
180 grados. No está funcionando", afirmó Pedro Nicolaci da Costa,
investigador de Peterson Institute for International Economics de
Washington.
El siguiente capítulo de esta interminable saga: en mes y medio.
Mientras tanto, las apuestas de los mercados sitúan las posibilidades
de una subida en diciembre en torno al 45 %, casi las mismas que al
lanzar una moneda al aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario