TOKIO.- El Banco de Japón
(BoJ) inició hoy su reunión mensual de dos días, en la que se espera que
mantenga sin cambios su programa de flexibilización monetaria a pesar
de la nueva entrada en recesión de la economía nipona.
La junta de política monetaria de la entidad analizará la situación
de la economía nipona y la evolución de la inflación, después de que los
últimos indicadores mostraran que Japón ha caído en recesión técnica en
el tercer trimestre, así como una caída del Índice de Precios de
Consumo (IPC) en septiembre.
El producto interior bruto (PIB) nipón retrocedió un 0,8 por ciento
entre julio y septiembre en comparación con el mismo período del año
anterior, lo que supone la vuelta a la recesión de Japón tras la que
registró entre abril y septiembre de 2014, según los datos publicados el
lunes por el Ejecutivo.
No obstante, los analistas prevén que el BoJ deje intacta su
evaluación de la tercera economía mundial, según la cual ésta sigue una
tendencia de "recuperación moderada".
Este análisis del banco central nipón se basa en señales positivas
como el repunte del consumo doméstico y de las exportaciones, dos
factores clave para la economía nipona y cuya mejoría fue confirmada por
los datos del lunes.
También se espera que el BoJ mantenga sin cambios sus previsiones
sobre la inflación, ya que confía en que las subidas salariales
aplicadas por las grandes empresas niponas terminen por empujar los
precios al alza.
En su última reunión mensual, la entidad decidió retrasar nuevamente
el plazo marcado para lograr que el país registre una inflación en torno
al 2 por ciento hasta finales de 2016 o principios de 2017, debido a
los efectos de la caída del crudo.
A pesar de este retraso y de las dificultades para lograr ese
objetivo inflacionario, el BoJ se abstuvo de tomar medidas adicionales a
favor de la flexibilización similares a los movimientos recientes de
Pekín y Fráncfort.
No hay comentarios:
Publicar un comentario