NUEVA YORK.- China infravaloró durante años su
consumo de carbón y usó miles de toneladas más de lo que anunciaba,
según nuevas cifras revisadas por las autoridades, un anuncio que podría
complicar las negociaciones de la cumbre del clima de París.
Los
nuevos datos de la oficina nacional de estadísticas (BNS) desveladas el
miércoles por el New York Times, indican que China consumió anualmente
muchos más de lo que anunciaba.
La corrección, que figura en un
informe anual de energía del gobierno, supone un
aumento enorme: en 2012, por ejemplo, el consumo de carbón en China
habría sido 4.120 millones de toneladas, y no 3.530 millones de
toneladas, es decir un 17% más.
Esta cifra equivale a más del 70%
del consumo anual de carbón en Estados Unidos y supone emisiones de CO2
superiores al volumen anual de un país como Alemania.
Las cifras
oficiales estaban infravaloradas desde el año 2000 pero la diferencia
entre las cifras publicadas y las reales ha ido aumentando con los años.
Estos
datos llegan a pocos días de que empiece la conferencia del clima de
París. China está considerada responsable del 25% de las emisiones
mundiales de gases de efecto invernadero.
La BNS no quiso comentar
la revisión de los datos pero los analistas critican la fiabilidad de
sus estadísticas, en particular sobre el crecimiento y el empleo. Por
eso muchos expertos consideran que la revisión de las cifras de consumo
de carbón no son una sorpresa.
"Tras el ajuste los datos de la BNS
son más fiables", aseguró Zhou Fengqi, un experto de la agencia
gubernamental chinal de planificación (NDRC). "Desde hace tiempo hemos
constado las importantes diferencias entre las cifras del BNS y las de
la federación profesional de los productores de carbón", dijo.
Por
su parte Song Guojun, un profesor de la Universidad del Pueblo de
Pekín, indica que la complejidad de los datos podría explicar la
diferencia.
"En China el carbón está en todas partes. A nivel de
los distritos y de las ciudades hay muchos usos distintos del carbón que
sólo se tomaban en cuenta en las estadísticas locales", explicó.
Casi
el 75% de la producción de electricidad en China sigue dependiendo del
carbón (todavía se están construyendo nuevas centrales) y también se usa
para la calefacción.
En septiembre, la agencia estadounidense de
información energética (EIA) ya advirtió tras analizar las cifras
oficiales que el consumo real de carbón en China entre 2000 y 2013 fue
un 14% más cara de lo que Pekín había anunciado.
Estos datos van
en contra de la voluntad de las autoridades chinas de desarrollar un
modelo económico más sostenible y de reducir su dependencia de las
industrias tradicionales.
"El desarrollo verde es un paso
obligado" para reestructurar la economía china "y también es una deuda
que tenemos con la humanidad", dijo el martes el primer ministro chino
Li Keqiang.
China prometió que sus emisiones de CO2 llegarían a su
punto máximo en 2030 y el lunes acordó con Francia impulsar un texto
jurídicamente vinculante en la conferencia de París.
Tras
conocerse la revisión de las cifras, el presidente francés François
Hollande aseguró este miércoles que los acuerdos siguen en vigor y que
China "está haciendo un esfuerzo de transparencia".
"No creo que
tenga influencia [en la conferencia de París] porque Pekín se ha
comprometido sobre un pico de emisiones y no sobre un volumen cifrado",
asegura Yang Fuqiang, de la oenegé estadounidense Natural Resources
Defense Council.
Sin embargo "se trata de un aumento enorme" de su
consumo de carbón, "lo que suscitará nuevos interrogantes sobre el
objetivo de limitar la temperatura mundial a 2 grados", añadió.
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