WASHINGTON.- La tasa de alfabetización financiera en España se sitúa por debajo
de la media de la Unión Europea (UE), ya que sólo el 49% de los
españoles adultos mostraban un conocimiento de conceptos financieros
básicos frente al 52% registrado de media en la región.
Según recoge un informe elaborado por el Banco Mundial, la
Universidad George Washington y Standard & Poor's (S&P), la
tasas de alfabetización financiera varían "ampliamente" entre los
diferentes países miembros de la UE.
En concreto, el conocimiento de conceptos financieros es mayor en
los países del Norte de Europa, siendo Dinamarca y Suecia (71% en ambos)
y Alemania y Países Bajos (66% en ambos) los únicos países de la UE en
la que la tasa de alfabetización financiera supera el 65%.
Por el contrario, las cifras son "mucho más inferiores" en el Sur
del Continente, como reflejan, por ejemplo, el 49% de España y el 45% de
Grecia. De hecho, Italia (37%) y Portugal (26%) son los que registran
los peores datos de la periferia Sur de la UE.
Asimismo, también destaca que la alfabetización financiera es baja
entre los países que se unieron a la UE en 2004 y años posteriores. En
concreto, remarca que la tasa de Bulgaria y Chipre es del 35% y que
Rumanía, con un 22%, es el país europeo con menos adultos con
conocimientos financieros básicos.
A nivel global, el informe refleja que únicamente un tercio de la
población adulta muestra conocimientos de conceptos financieros básicos,
siendo mayor la alfabetización en las economías avanzadas que en los
mercados emergentes.
En concreto, Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania,
Israel, Países Bajos, Noruega, Suiza y Reino Unido registran una tasa
superior al 65%, mientras que en los países del Sur de Asia la cifra
ronda el 25%.
"Aunque la alfabetización financiera es mayor entre los ricos, los
más formados y los que utilizan servicios financieros, está claro que
miles de millones de personas no están preparadas para lidiar con los
rápidos cambios del escenario financiero", advierte.
El documento destaca los esfuerzos de los gobiernos para aumentar
la inclusión financiera mediante un mayor acceso a cuentas bancarias y
otros servicios financieros, pero incide en que, a menos que la gente
tenga los conocimientos financieros necesarios, estas oportunidades
pueden llevar fácilmente a mayores deudas, impagos de hipotecas o
insolvencia.
En este sentido, apunta que esto es especialmente cierto en el
caso de las mujeres, los pobres y los que tienen un menor nivel de
educación, ya que todos ellos sufren una baja alfabetización financiera y
son con frecuencia el objetivo de los programas gubernamentales para
ampliar la inclusión financiera.
Por todo ello, insta a las autoridades a crear sólidos regímenes
de protección al consumidor para proteger a los ciudadanos de los abusos
financieros y ofrecer un relajado entorno de mercado. Así, subraya que
programas de alfabetización financieros dirigidos a colectivos y
comportamientos concretos llevan a decisiones "más inteligentes".
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