sábado, 21 de noviembre de 2015

Bruselas ciudad fantasma, toque de queda

BRUSELAS.- Debía ser el primer fin de semana de compras navideñas, terminó siendo un sábado de pesadilla. Bruselas fue hoy una ciudad fantasma, que amaneció blindada envuelta en una alerta por el terrorismo.

    Bajo un cielo cubierto de nubes y con uno que otro copo de nieve que cayeron a ratos, la capital de la Unión Europea y de la Alianza Atlántica transcurrió el día en estado de sitio.
    Los primeros en dar la noticia del elevado nivel de alerta en vigor fueron los sitios web de información y las redes sociales: en la región federal de Bruselas, formada por 19 municipios, la alerta fue llevada al nivel 4, el más alto en absoluto.
    El resto del país permaneció en el nivel 3, a excepción del suburbio de Vilvoorde, cuya población tiene una "alta densidad" de jóvenes islámicos radicales.
    Jamás Bruselas había vivido un sábado así. La que hasta ayer era la ciudad más multiétnica del continente quedó vacía desde las primeras horas del día.
    Los vehículos blindados del ejército fueron desplegados en diferentes puntos para proteger a los objetivos más sensibles. Sin contar la suspensión de la metropolitana y de los tranvías con recorridos subterráneos.
    Las 69 estaciones de la red del "metro" fueron cerradas.
    En una rueda de prensa transmitida por TV, el premier belga Charles Michel anunció el riesgo de "múltiples ataques", tal cual ocurrió en París.
    Una clara advertencia para indicar que el objetivo de los terroristas es la vida corriente, la de todos los días, de la población. El alcalde de la ciudad, Yvan Mayeur, sugirió por otra parte el cierre de los negocios del llamado "pentagone", el centro histórico de Bruselas, en áreas como Chaussee d'Ixelles y Porte de Namur, y el barrio Louise: las zonas donde viven gran parte de los funcionarios, diplomáticos, periodistas y empleados o dirigentes de empresas que trabajan con las instituciones de la UE. Las autoridades locales por otra parte han "recomendado" -evitando ordenar- el cierre de los centros comerciales. Todos los actos públicos han sido cancelados.
    De hecho, hoy en Bruselas todo estuvo cerrado: desde el centro de visitas del Parlamento europeo hasta las multisalas del cine, los mercados al aire libre y el "Atomium", que es el símbolo de la ciudad. Terminó rindiéndose incluso Johnny Hallyday, el veterano cantante francés que hasta ayer prometió que de una u otra manera iba a dar el concierto que había anunciado.
    En pocas horas Bruselas se convirtió en una ciudad en toque de queda. Los dos barrios donde los negocios quedaron en cambio abiertos fueron Molenbeeck y Anderlecht: las áreas más radicalizadas de la ciudad, donde no se veía tampoco mucha polícía o a los hombres de las fuerzas armadas. Probablemente no estaban a la vista. El panorama fue en cambio muy diferente en los barrios del "shopping" y de la "movida" de Bruselas, como por ejemplo Louise, que estaban vigilados por diferentes grupos de hombres de la seguridad (integrados por dos militares y un policía) y equipados con chalecos anti-balas y armas automáticas. Vista la tensión y los días de emergencia, los policías están estresados: "Hacemos turnos de 13 horas", precisó uno de ellos, mientras seguía teniendo firme en su mano un arma.
    Los comerciantes que decidieron desafiar a las advertencias de las autoridades fueron muy pocos.
    En la "Rue de Malibran", cerca de la mezquita del barrio de Ixelles, los carniceros árabes de la "Boucherie de Malibran" estuvieron abiertos. "Es una alerta exagerada", destacaron, tras criticar a "esos idiotas" que han declarado la guerra tanto a París como a Bruselas.
    En el 'Comptoir de Famille', una tienda que vende objetos en la céntrica e histórica plaza "Grand Sablon", la proprietaria ha decidido bajar la persiana del local: "Nos han aconsejado cerrar, pero no lo han ordenado. Por lo tanto el negocio está abierto, pero no se ve ni un alma", precisó la señora, que prefierió no dar su nombre.
   "La verdad es que nos hemos rendido. Yo soy belga, pero no estoy orgulloso de lo ocurrido hoy: lo que debíamos hacer es seguir nuestra vida como siempre", comentó por otra parte un hombre.
    A lo largo del día estuvieron en cambio abiertos tanto los bares como los reataurantes. Por la tarde la policía avisó por otra parte a los locales nocturnos del centro que era mejor cerrar.
    La emergencia ha comenzado por otra parte a golpear y a afectar a los negocios.
   Dominique Michel, líder de la Fedederación local de comerciantes, criticó a la "improvisación" del Gobierno: "Hay demasiada incertidumbre, hemos asumido nuestras responsabilidades pero la verdad es que deberían habernos consultado".
    En la "Grande Place", la plaza que marca el corazón de la ciudad, hubo por la mañana un grupo de obreros que intentaba levantar un árbol de navidad, como se hace todos los años. La diferencia es que esta vez junto a ellos había un vehículo blindado del Ejército que vigilaba.

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