martes, 24 de noviembre de 2015

El mercado del gas camina inexorable hacia su propia OPEP

TEHERÁN.- De forma lenta, pero inexorable, el mercado mundial del gas se encamina a contar en el futuro con una organización análoga a la OPEC que permita a los países productores y exportadores controlar de forma concertada los precios y la producción de esta energía cuyo consumo crece de forma exponencial.

La III Cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG) que culminó en Teherán y que congregó a altos representantes de 19 países (doce miembros permanentes, cinco observadores y dos invitados especiales) dejó patente la voluntad expresa de la organización de superar su actual papel como coordinador y foro de debate sobre políticas del gas hasta convertirse en el árbitro mundial de este mercado.
Evolucionar hasta convertirse en un nuevo cártel de la energía no formó parte formal del encuentro, aunque estuvo patente o fue sugerido prácticamente en cada intervención de la conferencia.
La mejora en las redes de distribución y extracción del gas natural, los avances tecnológicos, el miedo al agotamiento del petróleo como combustible fósil y su mejor comportamiento con el medio ambiente frente a competidores como el carbón han multiplicado en los últimos años este mercado con cada vez mayor importancia estratégica para el mundo.
Sin embargo, amenazas como el bajo precio internacional del gas natural, que pone en peligro futuras inversiones, la creciente competencia en este mercado, de marcado carácter regional y con importantes actores que "van por libre" y un crecimiento de la demanda que no crece al ritmo deseado por los productores preocupan a los países de la FPEG.
El presidente iraní, Hasán Rohaní, fue el mas claro durante la reunión en expresar esta idea, cuando subrayó que es necesario "adoptar políticas bien coordinadas" para mejorar los beneficios de los productores.
"Los beneficios de cada uno de los miembros del FPEG pueden conseguirse más fácilmente cuando hay una sola estrategia basada en beneficios colectivos", afirmó el mandatario.
La exigencia de una de "mayor coordinación" se repitió hasta la saciedad durante la Cumbre y se expresó claramente en su declaración final, con el apoyo expreso de los participantes menos volcados en la idea de convertirse en una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El ministro boliviano de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, no tuvo problemas en reconocer "que la finalidad del foro es en algún momento convertirse en la OPEP del gas".
"Es algo necesario, dada la gran demanda actual del gas como energía no renovable pero más limpia que otras fósiles. Estamos de acuerdo que sea esta instancia la que pueda definir el precio internacional y ser el marcador internacional del gas", afirmó.
La postura también fue compartida por Gabriel Obiang Lima, ministro de Minas, Industria y Energía de Guinea Ecuatorial, quien si bien consideró que de momento "no hay intención de crear un cártel", apuntó que "es cierto que la FPEG debería derivar en algo como la OPEP".
"Estoy de acuerdo en la posición que algunos defienden de que este foro sea como la OPEP, asegurando claro que genere precios buenos tanto para el consumidor como para el productor", dijo.
Lo cierto es que el grupo, compuesto por Rusia, Irán, Qatar, Argelia, Bolivia, Egipto, Guinea Ecuatorial, Libia, Nigeria, Trinidad y Tobago, Venezuela y los Emiratos Árabes, con Holanda, Irak, Omán, Perú y Noruega como observadores, podría ejercer una gran influencia no solo económica, sino también política, si decidiera actuar de forma concertada en este mercado.
En conjunto, estos países son responsables del 42 % de la producción mundial de gas, atesoran el 70 % de las reservas mundiales de este hidrocarburo y dominan el 40 % de su distribución a través de gasoductos y el 65 % del comercio mundial de Gas Natural Licuado (GNL).

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